Ciudad de Panamá (EFE).– Las autoridades de Panamá reforzaron este martes las medidas contra la COVID-19 ante el agravamiento constante en las últimas semanas del número de contagios y muertes y reducción de la capacidad de los centros sanitarios públicos y privados.
El Gobierno informó de 923 nuevos casos y 28 muertes en las últimas horas y reportó un total de 48.096 contagios y 900 fallecimientos.
Con estos datos, Panamá, con una población de 4.300.000, es el segundo país de América, después de Chile y por encima de Estados Unidos, con más casos de COVID 19 por millón de habitantes, aunque su índice de mortalidad es uno de los más bajos.
Ante la escalada de casos, en el que se han llegado a registrar más de mil casos en un día, las autoridades decidieron reimplantar una cuarentena total los fines de semana a partir del próximo viernes, solo en las provincias de Panamá y Panamá Oeste, las dos más afectadas, mientras que se mantiene el toque de queda nocturno entre semana.
«Después de analizar cómo se están manejando las cifras de la pandemia, el Gobierno Nacional ha decidido mantener una cuarentena total los días sábado, como estaba establecido los domingos», dijo en conferencia de prensa el ministro de salud, Luis Francisco Sucre.
Hasta la fecha, las cifras sitúan una positividad del 36 % sobre la base de 2.599 pruebas realizadas en las últimas 24 horas, según el último informe que reporta 24.667 pacientes recuperados.
Desde que fue detectado en Panamá el primer caso el 9 de marzo pasado se han realizado 171.116 pruebas, de las cuales el 120.068 (70 %) son negativas y 51.048 (30 %) positivas.
Los enfermos hospitalizados suman 1.172, de los cuales 1.015 se encuentran en sala general y 157 en las unidades de cuidados intensivos de todo el país, que están a punto del colapso.
En aislamiento domiciliario se contabilizan 20.639 personas, y otras 658 que han sido trasladadas a hoteles que funcionan de forma temporal como hospitales; el ministro insistió en hacer uso de estas instalaciones para que el positivo «mantenga el menor tiempo posible en contacto con sus familiares».
Las muertes por el rango de edad se concentran entre las personas con más de 60 años, que acumulan 684 del total de 932 fallecimientos, según el informe del Ministerio de Salud.
El titular de la cartera anunció que estaban estudiando la posibilidad de «mantener en funcionamiento» el Aeropuerto de Tocumen, el hub de las Américas, solo como un centro de conexión, pues «no se permitirá la entrada ni para viajes de turismo ni de otra índole, estos vuelos no permitirán el ingreso de personas».
Según la última prórroga de la Autoridad Aeronáutica Civil (AAC), la suspensión de vuelos internacionales finaliza este 23 de julio. Desde finales de marzo, Panamá solo permite vuelos humanitarios.
La provincia de Los Santos, en el sureste del país y la menos afectada, se prepara para la aplicación del tercer de seis bloques que dividió el Gobierno la apertura económica.
El Gobierno, a través de la cartera de Economía, aprobó el traslado de 133.774.087 dólares para el Ministerio de Salud (62,3 millones) y la Caja de Seguro Social (71,3 millones) para adquirir equipos, medicinas, insumos y recursos humanos para afrentar la pandemia por próximos seis meses.
Panamá paralizó a mediados de marzo pasado toda la actividad económica no esencial. El Gobierno dividió la apertura gradual de la economía en seis bloques, de los cuales dos ya están activos y los relacionan con el aumento de casos.
La provincia de Panamá, donde está la capital, y la contigua de Panamá Oeste, son las zonas con más alta incidencia de casos, por lo que en ellas rigen las más fuertes restricciones de movilidad para contener la propagación del virus, como una cuarentena los fines de semana mientras en el resto del país hay un toque de queda nocturno.