La agencia de calificación Fitch Ratings ha tomado la decisión de rebajar la calificación de incumplimiento de emisor (IDR) en moneda extranjera a largo plazo de Panamá, pasando de ‘BBB-‘ a ‘BB+’. Este movimiento implica la pérdida del codiciado grado de inversión según los criterios de esta firma, dejando al país con solo dos calificaciones de grado de inversión, según las evaluaciones de Moodys y S&P.
La rebaja de calificación se fundamenta en una serie de desafíos fiscales y de gobernanza que han afectado negativamente a la economía panameña. En particular, Fitch señala que los problemas fiscales se han visto agravados por los eventos relacionados con el cierre de la mina más grande del país. Los grandes déficits fiscales y el bajo rendimiento de los ingresos han contribuido a aumentos significativos en la deuda pública en relación al Producto Interno Bruto (PIB), así como en los intereses respecto a los ingresos, una situación preocupante que se ha intensificado desde 2019, incluso antes de la pandemia.
La agencia destaca que estas dificultades financieras han restringido aún más el espacio para políticas económicas contracíclicas, especialmente en un contexto de dolarización, lo que aumenta la vulnerabilidad de Panamá al depender en gran medida de los mercados financieros internacionales para su financiamiento. Además, el cierre de la mina de cobre de Minera Panamá ha añadido presión adicional sobre las perspectivas fiscales del país, a la vez que subraya los crecientes desafíos de gobernanza que enfrenta la nación.
Gobierno Nacional muestra su desacuerdo
La administración del presidente Laurentino Cortizo mostró su desacuerdo con la reciente rebaja de calificación de Panamá por parte de Fitch Ratings, la cual eliminó el grado de inversión del país. La reacción gubernamental se basa en la percepción de que la calificadora no evaluó adecuadamente la situación macroeconómica y social de Panamá, dándole un peso excesivo al cierre de la mina de cobre y a la situación política. A pesar de la rebaja, el gobierno destaca los fundamentos económicos sólidos del país, incluyendo un robusto crecimiento económico, baja inflación, reducción del desempleo y el cumplimiento de las metas fiscales. Se critica el momento elegido por Fitch para emitir la rebaja, alegando que es inusual y podría influir en el período electoral cercano.