La búsqueda del origen del nuevo coronavirus que causa la COVID-19 es una cuestión científica y requiere de la cooperación entre los investigadores del mundo, señaló Wang Yanyi, directora del Instituto de Virología de Wuhan.
El Instituto de Virología de Wuhan ha estado en el ojo del huracán desde que la COVID-19 comenzó a propagarse por el mundo. Sin dejar casi ningún lugar intacto, la enfermedad infecciosa de etiología desconocida ha infectado hasta ahora a más de 5 millones de personas en el mundo, cobrándose más de 338.000 vidas. La pandemia ha paralizado la economía y cambiado la vida de mil millones de personas de la noche a la mañana.
Desde que se reportaron los primeros casos de COVID-19 en diciembre pasado, los científicos han estado trabajando para encontrar el origen del nuevo coronavirus con la esperanza de desarrollar una vacuna. Mientras tanto, se está llevando a cabo un juego de culpas, y las teorías de la conspiración van desde una «fuga» del virus del Instituto de Virología de Wuhan hasta la “ocultación» de información crucial por parte de China, a pesar de las reiteradas afirmaciones de los científicos de que el virus se originó en la naturaleza.
En una entrevista con la Cadena Global de Televisión de China (CGTN) el 13 de mayo, Wang Yanyi, directora de dicho instituto, señaló que uno de los grupos de investigación del instituto ha estado estudiando coronavirus de murciélagos desde 2004, y se ha centrado únicamente en el estudio del virus del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), con el objetivo de aislar y obtener un coronavirus similar al SARS desde los murciélagos.
«Has mencionado algunos equipos de investigación del Instituto de Virología de Wuhan. Uno de los equipos liderados por la profesora Shi Zhengli comenzó a estudiar los coronavirus de murciélago a principios de 2004. Pero su investigación se ha centrado en el rastreo de la fuente del SARS. En la investigación, a lo que prestan más atención para obtener y aislar son a los coronavirus de murciélago similares al SARS. Sabemos que el genoma del nuevo coronavirus es sólo un 80 por ciento similar al del SARS. Es una diferencia obvia. En la investigación anterior de la profesora Shi, no prestaron atención a esos virus que son menos similares al virus del SARS. Es por eso que no trataron de aislar y obtener el RaTG-13, ya que su genoma es sólo algo más del 79 por ciento similar al del SARS. Después de muchos años de investigación, la profesora Shi y su equipo han aislado y obtenido algunos coronavirus de murciélagos. Ahora tenemos tres cepas de virus vivos. Uno de ellos tiene el mayor grado de similitud del 96 por ciento con el SARS. Pero el mayor grado de similitud con el nuevo coronavirus sólo alcanza el 79,8 por ciento», explicó Wang.
Wang subrayó que la búsqueda del origen del coronavirus que causa la COVID-19 es una cuestión científica, que requiere que los científicos de todo el mundo trabajen en él sobre la base de datos y hechos científicos.
«El consenso actual de la comunidad académica internacional es que el virus se originó a partir de animales salvajes. Pero aún no sabemos claramente qué tipo de virus llevan todas las especies silvestres en todo el mundo y dónde están los virus que son muy similares al SARS-CoV-2. Es por eso que se necesita la cooperación entre científicos de todo el mundo para encontrar las respuestas. Por lo tanto, el tema de la búsqueda del origen es una cuestión de ciencia, que requiere que los científicos hagan juicios basados en datos y hechos científicos», advirtió Wang.