La aerolínea Latam, la mayor de América Latina, informó este viernes que decidió desvincular a 1.000 trabajadores pertenecientes principalmente a sus filiales de Chile, Colombia y Perú, como resultado de las graves consecuencias de la pandemia del COVID-19.
Estos despidos se suman a los 1.400 que anunció el pasado 15 de mayo en las filiales de esos países además de en la de Ecuador, y a los otros 450 que comunicó siete días después, «a pesar de sus mejores esfuerzos por resguardar el empleo durante la crisis del COVID-19 que ha impactado fuertemente a la aerolínea y a la industria aérea en el mundo», consignó la compañía en un comunicado.
El CEO de Latam, Roberto Alvo, dijo este viernes en una entrevista con la emisora local Cooperativa que antes de la crisis del coronavirus tenía cerca de 42.000 personas trabajando entre todas sus filiales pero que en la actualidad, dadas las circunstancias, solo necesita 5.000 para poder funcionar.
«Lamentablemente no puedo prometer que no vamos a seguir achicando la compañía. Estamos obligados a redimensionarnos porque va a ser una industria más pequeña por un tiempo largo. La industria se va a demorar de tres a cuatro años en recuperarse nuevamente, mucha gente va a posponer sus viajes, la situación económica obviamente afecta», dijo Alvo.
La incertidumbre económica mundial generada por la propagación del COVID-19 y las restricciones de viaje impuestas por varios Gobiernos de la región para frenar el avance de la pandemia, con la consecuente caída de la demanda, han ido ahogando paulatinamente a la aerolínea, que nació de la fusión entre la chilena Lan y la brasileña Tam en 2012.
Antes de la pandemia, Latam operaba cerca de 1.400 vuelos diarios a 145 destinos en 26 países y contaba con una flota de 332 aviones, pero en la actualidad tiene el 95 % de sus operaciones suspendidas, manteniendo sólo 39 rutas domésticas en Brasil, 13 en Chile y cuatro rutas internacionales.
Esta situación llevó a la empresa a acogerse el pasado 26 de mayo a la ley de quiebras de Estados Unidos en un proceso voluntario de reorganización y reestructuración de deuda.
Pese a esta situación, la compañía asegura contar con el apoyo financiero de sus principales controladores, las familias Cueto y Amaro y Qatar Airways, quienes tendrían previsto inyectar 900 millones de dólares.
Además, la empresa está también en conversaciones con los gobiernos de Chile, Brasil, Colombia y Perú para poder obtener financiación adicional.
En este sentido, Alvo dijo que «corresponde» y «es justo» revisar «un eventual apoyo (estatal) para Latam, «como lo han hecho países europeos, países americanos, que se dieron cuenta de lo importante que era la industria aérea para sus economías».
El Gobierno chileno considera a Latam como una «empresa estratégica» para el país, pero no se ha pronunciado sobre una posible ayuda.