lunes, abril 28, 2025
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Joe Biden gana las elecciones de Estados Unidos, según proyecciones de medios

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Foto: EFE.

El candidato demócrata Joe Biden se convirtió este sábado en el presidente electo de EE.UU. después de haber conquistado el estado clave de Pensilvania, indicaron las proyecciones de las cadenas CNN, CBS y NBC.

Biden, el candidato presidencial que más votos ha ganado en la historia de EE.UU., superó la cifra mágica de 270 compromisarios que necesitaba en el Colegio Electoral tras confirmarse que ganará en Pensilvania.

Su compañera de fórmula, Kamala Harris, hizo también historia al convertirse en la primera mujer elegida jamás como vicepresidenta de EE.UU., además de la primera mujer negra que llegará a ese cargo, cuando ambos asuman la Casa Blanca el 20 de enero.

La proyección llegó después de casi cuatro días de agónica espera en Estados Unidos, mientras los estados contaban el récord de papeletas enviadas por correo en las elecciones con más participación de la historia del país.

Las principales cadenas de televisión hicieron la proyección poco antes de las 11:30 de la costa este (16:30 GMT), cuando Biden amplió su ventaja en Pensilvania a más de 30.000 votos sobre el presidente estadounidense, Donald Trump.

Poco antes, Trump había proclamado en Twitter que había ganado la reelección «por mucho», algo falso.

Actualmente, Biden suma 284 delegados o 273, dependiendo de si se toma en cuenta Arizona o no, donde algunos medios no han proyectado todavía su victoria allí, lo que sí que hicieron otros la noche electoral como la agencia AP y Fox News; mientras que Trump tiene 214.

Mientras tanto, el conteo continúa y las autoridades locales esperan ofrecer nuevos resultados a lo largo de la jornada en Nevada, Georgia y Arizona, aunque advierten de que el proceso a partir de ahora podría ralentizarse aún más.

Trump se ha encomendado a las demandas que ha presentado en varios estados clave, pero es improbable que ninguna de ellas pueda invalidar los votos suficientes en ningún territorio.

Jorgensen la libertaria que le roba más de un millón de votos a Donald Trump

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La atención sobre los resultados de las elecciones se centra en el presidente republicano Donald Trump y en su rival demócrata, Joe Biden, pero hay otra candidata, Jo Jorgensen, una mujer de quien poco se dice pero que les ha arrebatado más de 1,700,000 votos, suficientes como para darle a cualquiera de ellos la victoria.

Se trata de la libertaria de origen danés de 63 años, que por primera vez se ha presentado candidata a la Presidencia de Estados Unidos pero que lleva a sus espaldas una larga trayectoria de activismo político.

Jugadora de hockey sobre hielo, abuela, profesora de psicología, empresaria, el perfil de Jo Jorgensen no parece el habitual de un candidato presidencial estadounidense.

Y con ese perfil atípico, Jorgensen se ha convertido ahora en el centro de las iras de algunos foros de seguidores de Trump, amantes de las teorías conspirativas, que le atribuyen la culpa de la cada vez más probable derrota electoral del gobernante.

Nacida un 1 de mayo y en Libertyville (Illinois), Jorgensen pareciera estar predestinada a abrazar el libertarismo, un movimiento cercano a los republicanos, aunque más radical, que preconiza el individualismo, la libre asociación, el libre mercado y la menor intervención posible del gobierno en la vida de los ciudadanos.

Su compañero de fórmula, Spike Cohen, es un político más atípico aún: se considera anarquista y propone acabar con la administración de impuestos (IRS), con la Reserva Federal, con la guerra contra las drogas y con las sentencias mínimas obligatorias.

Nieta de inmigrantes daneses, Joanne Marie Jorgensen, que es su nombre completo, ya se había presentado como candidata a la Vicepresidencia en las elecciones 1996 como compañera fórmula del aspirante presidencial del Partido Libertario, Harry Browne.

Pero los comienzos de su activismo político se remontan a hace 40 años, cuando votó por primera vez por el minoritario Partido Libertario de Estados Unidos y se unió a él tres años después.

Doctora en psicología Industrial y Organizativa por la Universidad de Clemson, en Carolina del Sur, Jorgensen se considera mejor preparada para la Presidencia que Trump o Biden.

«Soy profesora de universidad y estoy más calificada que Trump o Biden para dirigir este país», dijo en una recientemente entrevista con la radio pública NPR, en la que aseguró que «el gobierno se ha vuelto demasiado grande y (a la gente) les gustaría recuperar parte de ese control».

«Cuando a las personas se les da la libertad y la libertad de vivir como quieran, trabajan duro, pero cuando son cínicos y básicamente todo su dinero va al gobierno, pierden la motivación», resumió la política libertaria.

Antes de su carrera política, Jo Jorgensen trabajó con la multinacional IBM en sistemas informáticos, puesto que dejó para crear una empresa de servicios informáticos de contabilidad y posteriormente cofundó DigiTech, una firma de duplicación de software con una facturación de 2 millones de dólares anuales.

Ahora, con 1,724,550 votos a su favor, la líder libertaria se ha convertido en chivo expiatorio de los seguidores de Trump que participan en foros donde se cultivan teorías conspirativas, como 4chan, donde cualquier usuario puede publicar comentarios y fotografías sin revelar su identidad.

Los mensajes de odio e insultos contra Jorgensen se han multiplicado en estos foros a medida que las probabilidades de Trump de ser reelegido han ido diluyéndose conforme avanza el escrutinio de votos en el puñado de estados que quedan por decidirse.

Las plazas en las que la candidata libertaria ha recibido un porcentaje mayor de apoyo (algo más de un 2,5% del total de votos) han sido en Alaska y las dos Dakotas, estados en los que Trump ha ganado con facilidad.

Pero en algunos de los estados clave que quedan por decidir, como Georgia, Pennsylvania o Arizona, los votos libertarios hubieran podido marcar la diferencia para el gobernante, aunque quién asegura que sin Jorgensen esos sufragios habrían ido a Trump.

Trump insiste en la vía legal mientras su entorno empieza a asumir la derrota

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Foto: EFE.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, se encomendó este viernes a la vía legal como única opción posible para seguir en el poder, mientras su entorno empezaba a asumir la derrota y se preguntaba si el mandatario la aceptaría en algún momento.

Horas después de que el candidato demócrata, Joe Biden, le arrebatara la ventaja en Pensilvania y Georgia, dos estados que necesita imperiosamente para lograr la reelección, Trump se resignó a pelear por la Presidencia en los tribunales, sin ninguna garantía de éxito.

«Seguiremos en este proceso a través de todos los aspectos de la ley (…). Nunca dejaré de luchar por ustedes y por nuestro país», dijo Trump en un comunicado distribuido por su campaña.

Una estrategia con pocos creyentes

En un tuit posterior, el mandatario confió en que las demandas que su equipo ha interpuesto en varios estados clave, y que por ahora no han tenido un impacto significativo, le permitan recuperar el margen que ha ido perdiendo en esos territorios a medida que se contaban votos emitidos por correo.

«¡Quizá estas ventajas vuelvan a medida que avanzan nuestros procedimientos legales!», añadió.

A su alrededor, el número de asesores que creían en esa posibilidad iba menguando con cada hora que pasaba, y varios de sus aliados reconocían en privado que apenas veían un posible camino a la reelección, informaron los diarios The Wall Street Journal y Politico.

En la sede de su campaña de reelección, a las afueras de la capital estadounidense, el estado de ánimo era sombrío y algunos expresaban frustración por lo que consideraban una estrategia legal poco preparada y sin apenas perspectivas de éxito.

«A no ser que haya un caso importante de fraude electoral o algo drástico, esto se ha acabado, y se acabó hace un día. La mayoría de la gente lo sabe», dijo un alto cargo de la campaña de Trump, que pidió el anonimato, a Politico.

«A algunos les está llevando más tiempo aceptarlo. Hay mucha gente que simplemente está aquí sentada, mirando su escritorio», agregó.

Sin planes de conceder la derrota

Sin embargo, varios de los asesores más cercanos a Trump -entre ellos su jefe de gabinete Mark Meadows y su abogado Rudy Giuliani- seguían alimentando la idea de que al mandatario le estaban robando las elecciones, algo sobre lo que no hay ninguna prueba.

Arropado por esos aliados, Trump no tenía ninguna intención de conceder la derrota incluso si su camino a la reelección se bloquea del todo, como es probable, indicaron las cadenas CNN y CBS News.

El discurso de concesión es una tradición en Estados Unidos, pero no es obligatorio por ley en el país, por lo que no sería necesario para certificar una potencial victoria de Biden.

De hecho, un portavoz de la campaña de Biden, Andrew Clark, reaccionó con sorna a las informaciones sobre ese tema: «El Gobierno de Estados Unidos es perfectamente capaz de escoltar a cualquier intruso fuera de la Casa Blanca», aseguró a la cadena Fox News.

El factor que más preocupa a los expertos no es tanto la posibilidad de que Trump se niegue a reconocer la derrota, sino la posibilidad de que los desafíos legales presentados por su campaña prolonguen la incertidumbre sobre el resultado.

contrarreloj

El calendario para resolver litigios es apretado: las autoridades estatales solo tienen hasta el 8 de diciembre para resolver cualquier controversia que pueda surgir sobre la elección de sus compromisarios del Colegio Electoral, antes de que éstos formalicen la selección del presidente el 14 de diciembre.

Es improbable que las demandas que la campaña de Trump ha presentado hasta ahora -concentradas en Pensilvania, Nevada, Michigan y Georgia-, consigan invalidar un amplio volumen de votos en varios estados clave, y sin que eso ocurra es prácticamente imposible que el presidente derrote a Biden.

Los jueces de Michigan y Georgia ya han desestimado las querellas en esos estados, y aunque la campaña de Trump ha conseguido que Pensilvania tenga que separar algunos votos enviados por correo del resto, no hay ninguna orden de que esos sufragios no se cuenten.

Sin embargo, el panorama se volvió más complejo cuando Georgia confirmó este viernes que hará un recuento de los votos, algo que también podría ocurrir en otros estados.

Y aunque todavía se desconoce qué cartas puede guardarse la campaña bajo la manga -este viernes pusieron a uno de los principales aliados de Trump, David Bossie, al frente de la estrategia legal- cada vez más defensores del presidente reconocen que el viento sopla en su contra.

«El Republicano más influyente del país»

Trump, mientras, clamaba en Twitter que Biden «no debería declararse» ganador si llegaba a la cifra mágica de 270 delegados, porque «los procedimientos legales acaban de empezar».

Algunos en su entorno empezaban a describir ese empeño en la vía legal como una estrategia para mantener su enorme influencia en el Partido Republicano y el país una vez que deje la Casa Blanca.

Pese a su probable derrota, Trump ha acumulado al menos siete millones de votos más que en 2016 y ha superado los 70 millones de sufragios a su favor, más que ningún otro candidato republicano en la historia de EE.UU.

«Va a decir: ‘Me han robado las elecciones’, y después se va a ir a Florida y a seguir siendo el republicano más influyente del país», afirmó a Politico otro asesor de la campaña de Trump.

¿Empate entre Biden y Trump? Las posibilidades de que ocurra y sus soluciones

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Foto: EFE.

Mientras el escrutinio de votos siga y de manera tan ajustada como hasta ahora, aún cabe la posibilidad de un empate entre Donald Trump y Joe Biden. Es improbable, pero no imposible. En ese caso, la decisión quedaría en manos del Congreso y hay precedentes.

Según la Constitución estadounidense, cada una de las dos asambleas que conforman el Congreso tendrían un papel en el desempate: La Cámara de Representantes elegiría al presidente y el Senado al vicepresidente. El remoto escenario favorece a Trump.

En 1800 ya hubo un empate, aunque algo diferente, cuando Thomas Jefferson recibió el mismo número de votos que Aaron Burr. Después de 36 votaciones, los congresistas eligieron a Jefferson y, de paso, redactaron la 12ª enmienda, que es la norma que se aplicaría ante un empate en 2020.

¿Cómo podrían empatar empatar Trump y Biden?

Llegar a un empate no es complicado.

Los estadounidenses votan de manera indirecta a su presidente a través de un órgano conocido como Colegio Electoral, compuesto por 538 miembros que representan a los diferentes estados. El candidato que primero sume 270 se lleva la victoria, un número abrumadoramente par.

Para que el Colegio Electoral represente a la población de manera proporcional, cada estado aporta miembros según su población, por eso California elige a 55 y Montana -casi del mismo tamaño- solo a 3.

En la mayoría de territorios quien gana cada estado se lleva todo, no hay proporcionalidad, excepto en Maine y Nebraska, que los reparten por distritos.

Las dos posibilidades de empate aún abiertas

Las sumas de 5 estados continúan abiertas y ajustadas, dejando posibilidad a dos escenarios en los que Trump y Biden empatarían.

Por un lado, si Biden arrebata a Trump los estados de Michigan (ya ganado), Wisconsin (ya ganado) y Arizona (va liderando), pero todos los demás reeligen a Trump, ambos candidatos sumarían 269.

Hay un pero: Nebraska reparte sus delegados proporcionalmente y Biden va ganando en un distrito en el que Trump triunfó en 2016, así que un territorio de 600,000 habitantes tendría la última palabra.

En el segundo escenario, Biden solo ganaría Georgia, mientras que Arizona, Carolina del Norte, Nevada y Pennsylvania se decantarían por el gobernante republicano.

¿Cómo sería el desempate?

Habría dos procedimientos.

La Cámara de Representantes elige al presidente. Esta asamblea tiene el fin de representar a toda la población de Estados Unidos de manera proporcional, no por estados, y mantiene una mayoría demócrata que, sin embargo, no podría apoyar a Biden.

La razón es que, según la Constitución, en esta votación especial los representantes se reunirían según su estado de procedencia y votarían en bloque. 50 bloques en total. De esta manera, aunque California aporte más congresistas, su voto contaría lo mismo que el de Montana y las cuentas favorecerían a Trump.

El Senado, por su parte, escogería al vicepresidente. Aquí la mayoría es republicana y, con mucha probabilidad votarían a Mike Pence, el compañero de fórmula de Trump.

Pero incluso esta circunstancia está en duda, porque hay dos senadores republicanos que podrían perder su asiento en favor de los demócratas en Georgia, y eso cambiaría la balanza hacia un empate entre senadores.

¿Y entonces?

Llegaría un ciclo sin fin.

Cada estado escoge a dos senadores para un total de 100, sin proporcionalidad. El reglamento dice que en caso de empate a 50-50 el vicepresidente desempata. Pero si no hay vicepresidente porque está empatado y también los senadores lo están… las deliberaciones serían eternas.

Aunque mucho antes de llegar a ese caótico escenario, probablemente la elección estaría envuelta en innumerables batallas judiciales y recuentos de votos.

«Estas elecciones no han terminado», dice la campaña de Donald Trump

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Foto: EFE.

La campaña de reelección del presidente de EE.UU., Donald Trump, insistió este viernes en que aún puede hacerse con la victoria a pesar de que los datos favorecen a su rival, Joe Biden, y de manera contundente aseguró: «Estas elecciones no han terminado».

Sin aportar pruebas, uno de los abogados de Trump, Matt Morgan, consideró «falsas» las proyecciones de los medios de comunicación que dan a Biden el liderazgo en el conteo de Pensilvania, Georgia, Nevada y Arizona, estados que el mandatario necesita para darle la vuelta a la tendencia actual.

Biden suma 264 delegados en el Colegio Electoral (aunque algunos medios cuestionan los 11 de Arizona), mientras que Trump tiene 214. Ambos necesitan un mínimo de 270 para ganar las elecciones.

En las últimas horas, Biden ha arrebatado el liderazgo a Trump en Pensilvania y Georgia, aunque los conteos todavía están en curso y no se ha declarado oficialmente un ganador.

En concreto, Biden lidera con un 49,4% en Pensilvania, mientras Trump acumula 49,3%, con un margen de 5,587 votos; y, en Georgia, Biden está por delante con un puñado de poco más de 1,090 votos, aunque oficialmente hay un empate técnico a 49,4%.

En Nevada, Biden lidera con un 49,4% frente al 48,5% de Trump con menos de 11.500 votos de distancia; y, en Arizona, el demócrata tiene 50,1% de los sufragios frente 48,5% de su rival, unos 47,000 votos de diferencia.

Aunque varios medios proyectaron Arizona para Biden la noche electoral cuando la diferencia era de más de 200,000 votos, algunos expertos apuntan ahora a que el margen actual es demasiado pequeño para saber quién ganará.

Dados estos datos, la campaña de Trump consideró que habrá un recuento en Georgia, donde el margen entre los dos candidatos es muy justo, y además insistió en alegar que hubo fraude en algunos de esos territorios, una afirmación falsa que no han sustentado con ninguna prueba.

«Biden está confiando en estos estados para su falso reclamo sobre la Casa Blanca, pero una vez que la elección sea definitiva, el presidente Trump será reelegido «, dijo Morgan.

En una comparecencia el jueves por la noche en la Casa Blanca, Trump, desafió a todo el sistema electoral del país al cuestionar sin pruebas la legitimidad de millones de votos emitidos por correo.

Unos 65 millones de estadounidenses han usado ese método para votar en estas elecciones, la mayoría de ellos demócratas que querían evitar aglomeraciones en el contexto de la pandemia.

Ese escrutinio del voto por correo es el que ha retrasado el resultado de las elecciones, y Trump ha allanado el terreno desde hace meses para desacreditarlo, al insistir sin pruebas en que puede dar lugar a fraude.

La Gaceta