Históricamente las encuestas de opinión pública son una herramienta fundamental para medir el pulso de la sociedad y anticipar resultados electorales. Sin embargo, en los últimos tiempos, un fenómeno preocupante ha comenzado a emerger: el desacuerdo extremo en los resultados de estas encuestas.
Mientras que las encuestas políticas tradicionalmente han servido como brújula para los partidos políticos, candidatos y votantes, en la actualidad, los resultados son a menudo diametralmente opuestos, lo que plantea un desafío significativo para la democracia. La disparidad en los datos obtenidos de distintas encuestas está llevando a una profunda desconfianza en la validez y la objetividad de estos instrumentos.
Prueba de esto son las encuestas publicadas el día de hoy (31.08.2023) por los diarios La Prensa y La Estrella de Panamá, cuyos resultados plantean dos escenarios totalmente distintos.
Según el diario La Prensa, el expresidente Ricardo Martinelli marca 37% en la preferencia del electorado, frente a nueve candidatos que marcan menos de 10% en el estudio de intención de voto.
Para La Estrella de Panamá el escenario está polarizado: Martinelli registra 29%, seguido por el vicepresidente José Gabriel Carrizo con 28%, en tercera posición estaría Rómulo Roux con 13%, luego José Isabel Blandón con 10% y el resto de candidatos por debajo del 8%.
Reacciones
Las reacciones por estos resultados no se han hecho esperar, Juan Carlos Tapia, Eduardo Lim Yueng y el ex diplomático Roberto Ruiz Díaz, fueron algunos de los que se expresaron en la plataforma X.com (antes Twitter) sobre los antagónicos resultados.
Yo no entiendo las encuestas. Estas dos encuestas se publican hoy en las portadas de los dos diarios más importantes de Panamá. Explíquenme Ud como puede existir tanta diferencia en un mismo objetivo. pic.twitter.com/R5bEEcZEuk
— Juan Carlos Tapia (@JCTapiaLMB) August 31, 2023
Yo si creo en las encuestas y las leo, las reviso y las analizo. Pero aquí hay encuestadoras haciendo estudios en dos países distintos.
— Eduardo Lim Yueng (@limyueng) August 31, 2023
Hoy sigue existiendo dos Panamá uno para la @prensacom y otro para @EstrellaOnline. El primero más creíble que el segundo. Pero así comienzan las guerras de encuestas, que al final terminan equivocándose como en varios países. Pueblo sabio guarda silencio. pic.twitter.com/0mjErY6zHs
— ROBERTO RUIZ DIAZ (@R_RuizDiaz) August 31, 2023
Frente a estos estudios surgen preguntas cruciales: ¿qué está detrás de esta discrepancia en las encuestas políticas? ¿Es un problema de metodología, muestra o sesgo? ¿O es un reflejo genuino de la volatilidad de la opinión pública en tiempos turbulentos? Abordar estas cuestiones es esencial para restaurar la confianza en las encuestas políticas y garantizar que sigan siendo una herramienta útil para la toma de decisiones informadas en la democracia.
¿Encuestas chimbas?
Para el secretario general del partido Realizando Metas (RM), Luis Eduardo Camacho, las encuestas publicadas hoy son “chimbas”, y lo que buscan es afectar la percepción del electorado.
Para Camacho, la encuesta publicada por el diario La Prensa busca vender que la figura de Ricardo Martinelli se está debilitando, ya que Martinelli está marcando entre el 48% y 55% de intención de voto.
Sobre la encuesta de La Estrella de Panamá, el también vocero del Ricardo Martinelli, dijo que la misma lo que busca es elevar a la figura del vicepresidente José Gabriel Carrizo, ya que en las encuestas que él ha visto Carrizo tiene la mayor opinión desfavorable.
FLASH: pic.twitter.com/lKTvvw7z0U
— Luis Eduardo Camacho (@camachocastro) August 31, 2023
Un desafío para la Democracia
Este escandaloso desacuerdo de las encuestas publicadas hoy, representa un nuevo desafío para la democracia, ya que socava la confianza pública en la integridad y la precisión de las estos instrumentos y afecta la toma de decisiones del electorado, creando percepciones falsas.
En un sistema democrático saludable, las encuestas de opinión pública deberían servir como un recurso esencial para que los ciudadanos tomen decisiones informadas y para que los líderes políticos comprendan las necesidades y deseos de la población. Sin embargo, cuando las encuestas arrojan resultados diametralmente opuestos, la percepción pública de que estas son manipulables o que carecen de credibilidad puede llevar incluso a la desilusión y la apatía de los votantes.
Las malas prácticas en la publicación de estudios sesgados, podrían incluso distorsionar la competencia electoral y debilitar el proceso democrático en sí.
Desde la regulación electoral, abordar este nuevo desafío es crucial para preservar la salud y la legitimidad de la democracia al garantizar que las encuestas sigan siendo un reflejo preciso de la opinión pública y una herramienta valiosa para la toma de decisiones del electorado.