La compañía estadounidense SpaceX lanzó este martes desde Florida (EE.UU.) otro grupo de 60 satélites que forman parte de su proyecto Starlink, con el que pretende suministrar internet de alta velocidad a nivel global.
El cohete recuperable Falcon 9 despegó del Complejo de Lanzamiento 39A, en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, portando a los satélites y nueve minutos después del lanzamiento el cohete propulsor regresó a una plataforma en el mar para ser utilizado nuevamente.
Con el lanzamiento de hoy, que se concreta tras tres intentos que debieron posponerse por mal tiempo, estos 60 se suman a los más de 700 satélites puestos ya en órbita por la compañía privada, propiedad del magnate Elon Musk.
La misión anterior se llevó a cabo el pasado 3 de septiembre pasado con 58 satélites Starlink, también acoplados a la parte principal de este Falcon 9, de 15 pisos de altura.
El lanzamiento de hoy prosigue a un intento abortado por razones técnicas el pasado viernes y a otro el lunes que fue cancelado por el tiempo. Se programó un siguiente intento para el lunes de la próxima semana, pero este martes se abrió una ventana y fue aprovechada con éxito.
Elon Musk, fundador y director ejecutivo de SpaceX, afirma que se necesitan entre 400 y 800 satélites para lograr un mínimo de cobertura de la red de internet de alta velocidad.
El objetivo de esta red es proveer internet veloz a lugares remotos y poco conectados de la Tierra, y también a barcos y aviones.
El pasado agosto, SpaceX puso en el espacio el satélite de observación argentino SAOCOM 1B, destinado a optimizar las cosechas en el país suramericano.
Este lanzamiento ocurrió también desde Cabo Cañaveral, dos años después de haber lanzado a su hermano SAOCOM 1A desde una base en California.
SpaceX tuvo también un gran éxito con la misión Demo-2 realizada por la cápsula Dragon Endeavour, que llevó a los astronautas de la NASA Robert Behnken y Douglas Hurley a la Estación Espacial Internacional (EEI) y los trajo de vuelta a Tierra.
El 2 de agosto la cápsula cayó de manera controlada a las aguas del Golfo de México tras un viaje de regreso de 19 horas desde la Estación Espacial Internacional (EEI).
La histórica misión Demo-2, que se inició a fines de mayo en Cabo Cañaveral (Florida), sirvió para certificar la capacidad de SpaceX para realizar viajes espaciales comerciales.
El viaje de Behnken y Hurley fue el primero desde suelo estadounidense y en una nave comercial hasta la EEI desde que en 2011 concluyó el programa de transbordadores de la NASA.