El Real Madrid ganó su trigésima quinta (35) Liga exhibiendo superioridad, goleando al Espanyol (4-0), con doblete de Rodrygo, y goles de Marco Asensio y Karim Benzema, en un impulso moral previo a un nuevo intento de remontada europea, en un Santiago Bernabéu vestido de fiesta.
La superioridad mostrada por el Real Madrid en LaLiga ha sido clara y es campeón con 81 puntos, 17 puntos por encima del Sevilla, que ocupa la segunda casilla, con cuatro jornadas por disputarse.
Dominador absoluto de una Liga en la que no encontró rival que le aguantase el ritmo. El Barça dimitió pronto, el Atlético de Madrid, que defendía corona, dejó de ser fiable y al Sevilla le faltó, un año más, ese paso clave para creérselo y pelear hasta el final.
Carlo Ancelotti firmó el objetivo de su regreso, y se ha convertido en el único entrenador vencedor de las cinco grandes Ligas de Europa.
El panorama, con el Manchester City a la vuelta de la esquina, se prestó a las rotaciones masivas de Ancelotti. A la vuelta de semifinales debe llegar con el descanso que no se puede permitir un rival que se juega la Premier. Tan solo tres titulares, quizás cuatro tras la exhibición de Rodrygo, jugaron de inicio, con Courtois en portería, el regreso de Casemiro de central por los problemas defensivos y la presencia sorprendente de Luka Modric.
Pero es que gran parte del fútbol madridista pasa por las botas del mago croata, que cuando el partido adquiría ritmo de pretemporada, inventaba un pase con aroma de gol que perdonaba Mariano o un toque al espacio que levantaba al Bernabéu.
Quedó demostrado que nadie puede ocupar el hueco de Benzema en la plantilla. Perdonó tres Mariano en el primer tiempo, estrellándose con el poste en la ocasión que más cerca estuvo del gol. Había falta de tensión competitiva y la aprovechó el Espanyol para tener posesión pero sin generar peligro. Solo Raúl De Tomás lleva el gol en la mente, pero no superó a Courtois en la que enganchó.
Tras media hora de igualdad, una incorporación al ataque de Casemiro dejaba un centro peligroso y un disparo de Marcelo como aviso. Instantes después aparecía Rodrygo y ponía el broche a la Liga.
Eléctrico, jugando en la demarcación de Vinícius, asociándose con Marcelo y definiendo con un disparo de diestra cruzado que desataba la fiesta en la grada del Bernabéu. Al grito de «campeones, campeones» el subidón dejó unos minutos de clara superioridad para sentenciar. Tras perdonar Mariano, de nuevo Rodrygo castigaba una perdida en zona prohibida de Yangel Herrera, engañando a Diego López en la definición.
La celebración del título se inicio en la grada antes de acudir a La Cibeles mientras en el césped el objetivo madridista fue que el tiempo pasase rápido con el menor desgaste posible. Crecía la figura de Dani Ceballos, que ha demostrado que tiene capacidad suficiente para tener un protagonismo mayor, y en el regreso de Raúl De Tomás, que nunca había jugado en el Bernabéu contra el equipo que le formó, acarició el poste con una falta antes de ser sustituido.
Ya nada había en juego para un Espanyol que tendrá que cerrar su permanencia en otro escenario y que recibió el tercero cuando dejó correr al equipo blanco. Al ritmo del potente Camavinga y con calidad en la definición de Marco Asensio, el Real Madrid ensanchó su ventaja. Con tiempo para las habituales paradas salvadoras de Courtois, que volvió a dejar su puerta a cero tras cuatro encuentros encajando, y para medir esfuerzos.
A la hora Ancelotti sentó a Modric y Casemiro, y dio minutos a Benzema, Kroos y posteriormente Vinícius.
Benzema, quien se metió en juego rápido, marcó su gol 26 de la temporada a pase de ‘Vini’, su tanto 42 en 42 encuentros de todas las competiciones. Catalogado como el gran protagonista de una Liga, el francés es uno de los máximos aspirantes al Balón de Oro.