La máxima autoridad en temas de competencia en Perú ha resuelto que Uber no ejerce competencia desleal a los taxis al considerar que esta empresa es de tecnología y no de transporte, aunque reconoce que sirve para que los usuarios accedan a «diferentes soluciones de movilidad privada».
El fallo emitido por el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) permite a Uber seguir operando en Perú como lo hace desde que inició sus operaciones en este país desde abril de 2014.
El juez del tribunal de la sala especializada en defensa de la competencia del Indecopi desestimó así la demanda por competencia desleal presentada en julio de 2018 por la Asociación de Consumidores Indignados de Perú.
La resolución concluyó que «la actividad económica realizada mediante la plataforma digital Uber no califica como servicio de taxi» porque «opera con las características propias de una plataforma tecnológica que atiende a dos lados».
«En un lado se encuentran los usuarios (pasajeros) quienes pueden organizar y planear el transporte privado o servicios de logística con terceros proveedores independientes de dichos servicios (conductores)», apuntó el documento.
El Indecopi consideró además que las plataformas como Uber «son beneficiosas para ambos lados, pues conlleva un ahorro en los costos de transacción» para los dos bandos, y «el administrador de la plataforma digital de transporte se limita a gestionar las transacciones, estableciendo reglas de gobernanza y obteniendo una ganancia».
Sin necesidad de licencias
La resolución también aclaró que los conductores de Uber no requieren licencias adicionales porque se trata de una categoría de servicios de transporte que no ha sido reglamentada, función que está en manos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
Uber recordó en un comunicado que la decisión del organismo peruano «se suma a declaraciones hechas por autoridades de competencia en líneas similares en países como México, Chile, Brasil y Colombia» en años anteriores.
La compañía estadounidense, con sede en San Francisco, afirmó que «esto es muestra de la necesidad de entender estos nuevos modelos de negocio y hacer las distinciones necesarias frente a los modelos tradicionales para fomentar el crecimiento de la economía colaborativa y el bienestar del usuario».
Asimismo, manifestó su compromiso en «continuar poniendo la tecnología al frente para ayudar en la reactivación económica y en la construcción de ciudades más inteligentes, eficientes y seguras».
Aceptado frente a la informalidad
La llegada de Uber a Perú tuvo una buena aceptación por los usuarios debido a la gran informalidad en la que funciona el sector del transporte urbano en todo el país, pese a que se exigen licencias metropolitanas para hacer servicio de transporte de pasajeros.
Los clientes encontraron en la plataforma un método más seguro de viajar al tener garantías de que el conductor y el vehículo estaban registrados en la aplicación y había un seguimiento por GPS del trayecto, lo que no evitó algunos incidentes con ciertos conductores cuyas denuncias tuvieron mucha repercusión en redes sociales.
Desde la irrupción de Uber en Perú también aparecieron otras aplicaciones similares como la española Cabify, la alemana Beat y recientemente la china DiDi.