El uso de Internet y los sistemas informáticos ha evolucionado con el pasar de los años, desde su surgimiento hemos observado que las tendencias de su utilización han cambiado, ya los expertos han catalogado en etapas está evolución, llamándolas Web 1.0, 2.0 y 3.0.
La Web 1.0, se define como el acceso a un contenido Web estático, donde los usuarios tenían acceso solo lo que se difundía. La Web 2.0, se resume en personas que se conectan con personas; redes sociales, wikis, colaboración, posibilidad de compartir. Por su lado la definición de la Web 3.0, es la aplicación de la inteligencia artificial en donde los ordenadores entenderán la información y actuarán en consecuencia.
Esta evolución del Internet ha tenido un impacto importante en la política, enfáticamente para los gobiernos, mediante el concepto “E-Gov” o gobierno electrónico, en donde los gobernantes se han acercado a la ciudadanía por medio de estas herramientas electrónicas, específicamente por las Redes Sociales. Este tema es amplio y sus ventajas vs desventajas podrían debatirse, pero el objetivo de este artículo va dirigido al uso dentro de los partidos políticos.
Luego de conocer un breve pantallazo de la evolución del Internet, la pregunta que cabe es, en donde están parados los partidos políticos panameños en cuanto a la utilización de las herramientas virtuales que tienen a su disposición?
Definitivamente la primera respuesta es, que tímidamente la política panameña está haciendo uso del concepto “Web 2.0”. Actualmente ninguno de los Partidos Políticos en Panamá ha institucionalizado o plasmado dentro de sus estatutos partidarios, un sitio web oficial o las redes sociales oficiales de su colectivo, no hay formación de sus inscritos para culturizarlos y hacer un uso efectivo de estos medios y sistemas de información, aún la confianza de sus dirigentes para informar está puesta en la Radio y la Televisión.
El potencial de los medios de informáticos y del Internet pueden tener un impacto profundo en la forma de hacer política, el empleo de plataformas similares a un CRM (Customer Relationship Managment) ya pueden ser parte de la plataforma política de un partido. La dirigencia puede hacer uso de esta plataforma que contiene una base de datos de sus inscritos, su fecha de cumpleaños, sus preferencias, etc., lo que permitiría el envío de correspondencia electrónica oficial, felicitaciones de cumpleaños y cultivaría una relación estrecha entre la alta dirigencia y los miembros. Además los usuarios del sistema pueden elaborar peticiones a sus dirigentes por medio de un sistema de comunicación constante y que permite al Partido Político la comunicación efectiva. Este sistema obviamente aplica para los miembros del partido que tengan acceso a ella pero culturizar a los demás miembros aunque sea una tarea de años hará que la permanencia de un individuo en el partido sea posible y la experiencia partidaria única.
La consolidación de un sitio web y redes oficiales, también mejoran la imagen del partido y permite que la comunicación oficial sea publicada en un medio que llega a miles de personas en segundos sin invertir un centavo en medios tradicionales.
Para hacer un análisis real de lo que pasa en Panamá, basta con centrar la atención en la red social Twitter, en donde solo se ha podido comprobar que los Partidos Cambio Democrático mediante la cuenta @CaDemocratico (24.8 K seguidores) y Panameñista mediante la cuenta @Panamenistas (17.3 K seguidores) tienen la mayor presencia en este medio social y se proclaman cuentas oficiales y están verificadas, pese a que su partido no tiene una comunicación oficial o contemplado dentro de sus estatutos su existencia.
El Partido Revolucionario Democrático, Partido Popular y Molirena son prácticamente cuentas fantasmas y nadie sabe con certeza si la información que publican diversas cuentas que dicen ser oficiales tienen contenidos con un valor mediático real.
En la medida que los partidos políticos hagan uso efectivo de las plataformas tecnológicas a su disposición y sean combinadas con estrategias de mercado, los resultados pueden ser mucho más impactantes de manera positiva que la forma tradicional de hacer política partidista.
Esta nueva cultura haría la experiencia en partidos políticos más personal para cada inscrito, más democrática, la relación con la alta dirigencia sería más estrecha y convertiría a los colectivos en organizaciones más sólidas.
Daniel Santos
Ingeniero.