Hoy 11 de mayo de 2020 se cumplen dos meses y dos días (depende de a quien le preguntes) desde que inició esta “pandemia” para Panamá.
A medida que hemos ido avanzando me he dado cuenta que el COVID-19 no es la enfermedad sino nosotros mismos, para cuando esto termine el COVID-19 va a pasar a ser una nota de pie en la historia, comparado a las cosas que como raza humana hemos hecho, y lo que como país hemos permitido.
LO QUE EL COVID-19 NO HIZO
• No mató a nadie, la incapacidad de nuestros gobernantes de tomar decisiones oportunas y contundentes ante la pandemia lo hizo.
• No mató de hambre a nadie, la incapacidad de gestionar los recursos del estado de forma efectiva y eficiente lo hizo.
• No mató al comercio, la incapacidad y resistencia de los comerciantes a adaptarse e invertir en tecnología fue quien lo hizo.
• No creó el desempleo, la codicia y la avaricia de un grupo de comerciantes quienes fueron los que enviaron a la gente a su casa sin sueldo, por no afectar sus bolsillos ya repletos. Al parecer la solidaridad solo es una palabra que suena bonita en los discursos. Curiosamente esa misma codicia y avaricia los va a llevar a una quiebra, si no hay dinero, nadie gasta, si nadie gasta ustedes no tienen ingresos: bienvenidos al mundo que ustedes mismos acaban de crear, al parecer varios se “paviaron” de la clase de economía básica.
• No acabó el año escolar, un sistema de educación decadente, mal herido y obsoleto lo hizo, técnicas de educación que no han cambiado en mas de 50 años condenaron a nuestros hijos, por otro lado, padres irresponsables pidiendo que la escuela cargue con lo que ellos deben hacer: ¡educarlos!
LO QUE LE COVID-19 SI HIZO
• Nos obligó a pasar tiempo juntos, padres que por primera vez conocen a sus hijos.
• Nos obligó a modernizarnos, hasta a los abuelos les tocó aprender a usar Zoom, Skype, WhatsApp etc.
• Obligó a modernizar el comercio a través de servicios de entrega a domicilio los cuales fueron saliendo en tiempo récord, lo que antes no se podía, de la noche a la mañana se pudo.
• Nos ayudó a descubrir una serie de profesionales sin título capaces de hacer lo que muchos decían que no se podía.
• Nos enseñó a filtrar el ruido y prestar atención a lo que de verdad es importante.
• Nos enseñó que del drama no se vive y que al final de día lo mas importante es la familia.
• Nos enseñó que a pesar de todo tenemos un grupo de profesionales que con o sin recursos están dispuesto a darlo todo por el bienestar de los demás inclusive, aquellos que dejaron sus vidas en el camino, cuando esto acabe hay que edificar un monumento a todos héroes anónimos que cayeron en esta guerra desde el policía hasta el repartidor de pizza.
En los dos últimos meses hemos visto salir lo peor que tenemos como ser humano, hemos visto las peores características de nuestras sociedades y hemos visto como una vez más los muchos se dejan manipular por los pocos, como “el juega vivo” se ha fortalecido.
Hemos permitido que se le haga un daño al patrimonio nacional que no podremos recuperar y al final nada va a pasar.
Desconozco el origen de la frase “la patria la hacemos todos” pero bajo esa frase quisiera instar a todos a que hagamos lo correcto no por miedo al castigo sino porque es lo correcto, lo honorable y lo requerido de todos nosotros.
A los políticos: dejen el drama y el “espectáculo”, hagan las cosas bien porque hoy ustedes están arriba, pero en el futuro que se avecina quizás sus hijos estén abajo.
A los que estamos en casa, observemos atentamente y desde nuestros hogares levantemos nuestra voz de protesta: exijamos responsabilidad, transparencia, honestidad, celeridad y seriedad con las cosas del estado, pero así mismo seamos responsables con nuestras vidas personales y las responsabilidades que tenemos en ella.
Si el COVID-19 va a ser un hito en la historia entonces que quede como el punto y momento en la historia donde todo un pueblo decidió quitarse la enfermedad de encima, curarse y salir adelante saludables para hacer frente a un nuevo e incierto y muy cambiado futuro, pero juntos.
POR: EL ANCIANO DEL MUNDO.
