“Integrantes de la Corte Suprema, ya parecen más, ser parte de la oficina de crisis de la Presidencia”.
“La institución debe llamarse ahora, Corte Suprema de Injusticia”.
No es casualidad, el hecho de que cuando se agravan los problemas de opinión pública del presidente Varela y de su gobierno, la Corte Suprema de Injusticia, saque un pronunciamiento referente al ex presidente Martinelli. La realidad es que los Magistrados, siguen haciéndole los mandados a Varela.
El último ejemplo de las toallas que intentan tirarle los Magistrados de la Corte Suprema de Injusticia al Presidente, lo vemos en el reciente anuncio de la solicitud de levantamiento del fuero electoral. Ellos, piensan que esto hará que el pueblo olvide su indignación, ante el hecho de que Varela llamara cobardes los panameños, porque le molestan las duras críticas que le hacen, por su inconsulta decisión de meter a Panamá en la coalición para combatir al llamado Estado Islámico.
Igual ocurre, cada vez que se agudizan los reclamos de los panameños, ante los altísimos niveles de inseguridad, el creciente desempleo, los altos precios de los productos de la canasta básica y las graves deficiencias en los servicios de salud, transporte y agua, entre otros. La Corte Suprema de Injusticia, ya parece más, ser parte de la oficina de crisis de la Presidencia, que la institución llamada a garantizar el respeto a la ley, la constitución y los convenios internacionales suscritos por Panamá, en materia de protección a los derechos humanos.
Por un lado, los Magistrados se quejan de una supuesta falta de recursos, cada vez que se les cuestiona la injustificable mora judicial. Pero por el otro, malgastan los recursos a su disposición en absurdos procesos políticos que buscan satisfacer la sed de venganza del presidente Varela o para intentar absurdamente salvarle la cara a su gobierno, cada vez que su inacción o sus decisiones arbitrarias le generen crisis en la opinión pública.
LUIS EDUARDO CAMACHO
Secretario de Comunicación del Partido Cambio Democrático