El histórico equipo del fútbol español, puede acabar en manos de un inversor americano
La guerra accionarial en el Sevilla no ha hecho más que comenzar. Es un pastel valorado en más de 1.000 millones de euros, según los inversores extranjeros, y en la partida hay varios protagonistas. De una parte los accionistas minoritarios que representan al sevillismo base, o mayoría cada vez menos silenciosa, y por otra los accionistas mayoritarios, que ambicionan quedarse con todo el pastel. Entre estos últimos el más señalado es José Castro actual presidente del club, y a los que los minoritarios acusan de ser testaferro de la gran operación de la venta del Sevilla F.C. a un gran inversor americano.
La pasada noche del martes, mientras la selección española le marcaba 6 goles a la selección Croata de Rakitic y Modric, en la peña sevillista San Bernardo, a escasos metros del Ramón Sanchez Pizjuan, se reunieron representantes de la Federación de Peñas del Sevilla, Accionistas Unidos y Tercera Vía, los tres grupos de accionistas minoritarios representan a los aficionados de base. El único asunto a tratar en la reunión, la búsqueda de una salida que pare la frenética carrera por hacerse con la mayoría de acciones del club y evitar que el Sevilla pase a manos extranjeras. Los accionistas minoritarios están a punto de conseguir las 5,400 acciones necesarias para convocar Junta General Extraordinaria «para que de manera definitiva, los mayoritarios se quiten las caretas», manifestaba uno de los presentes.
Los mayoritarios que son proclives a la venta y están acaparando acciones son José Castro y su cuñado Francisco Guijarro, Rafael Carrión y Roberto Alés, que según los minoritarios tienen en su poder sobre el 40% de las acciones. El resto de mayoritarios, José Maria del Nido y José Gómez Miñán, con un 33% de acciones se han apartado de la compra de acciones.
Los minoritarios están convencidos de la complicidad entre el grupo encabezado por José Castro y » Sevillistas Unidos 2020 SL «, sociedad que se formalizó en junio pasado y que con anterioridad se denominaba «Triple Siete Adquisiciones SLU», y es quién compra las acciones. Los vendedores suelen reunirse con el presidente en las oficinas del club o en la inmobiliaria propiedad de José Castro. Convencidos de que la venta a unos 1.600 euros por título se hace a favor del presidente del club, el vendedor recibe un cheque por el importe y firma el contrato de venta con Sevillistas Unidos 2020, con la rúbrica tanto del cheque como el contrato de Andrés Ceballos Blázquez como apoderado solidario.
La matriz del entramado que acoge a las dos sociedades es Nutmeg Acquisition, cuyos propietarios se esconden bajo una LLC, inscrita en el estado de Delaware (Estados Unidos), y en las flexibles normas de este estado permiten el anonimato y la opacidad de sus operaciones. Los minoritarios están convencidos de que ya han pactado la venta de sus títulos todos los mayoritarios a un precio cerrado y que pueden alcanzar cifras mareantes.
El libro de registro de acciones, celosamente guardado en la entidad sevillista, no permite su acceso a cualquiera, aunque sea socio o accionista. El club tiene un capital social de 6.208.020 euros, y 103.467 acciones, su precio cuando se pusieron a la venta tenían un valor de 60 euros por título. Ahora y ante la brutal oferta del inversor el presidente y su entorno venderán sus acciones por 25 veces su valor. Todos apuntan a José Castro como el urdidor y cómplice de esta gran operación que continúa comprando títulos. Con esta maniobra podrán comprar el club por una cifra que ronda los 200 millones de euros, beneficios que irán a los bolsillos de los accionistas principales. Con todo y con eso a pesar de ser una cifra importante, es «calderilla», si el gran inversor controla un pastel cuyo valor sobrepasa los 1.000 millones de euros.