La cuarta vacuna contra la COVID-19 desarrollada por China entró en ensayos clínicos el martes en la provincia Henan, centro de China. La vacuna es desarrollada por el Instituto Nacional de Vacunas y Sueros bajo el Grupo Nacional de Biotecnología de China (CNBG, por sus siglas en inglés).
Esta es la segunda vacuna COVID-19 inactivada que el CNBC ha desarrollado y la Administración Nacional de Productos Médicos de China ha aprobado para sus ensayos clínicos. La primera vacuna COVID-19 inactivada del país ya entró en la segunda fase de ensayos clínicos el viernes.
Desde el brote del nuevo coronavirus, el CNBG ha asignado 1.000 millones de yuanes (alrededor de 141.29 millones de dólares estadounidense) para desarrollar vacunas contra la COVID-19 en tres de sus institutos de investigación a lo largo de dos rutas técnicas.
«Por lo general, lleva varios años la investigación y el desarrollo de una vacuna. Pero hemos estado trabajando en turnos durante todo el día, lo que acorta el tiempo. Esto también demuestra la fuerza y velocidad de China», indicó Wang Hui, presidenta de Instituto Nacional de Vacunas y Suero.
Wang aseguró que el equipo de investigación ha conquistado una serie de tecnologías clave en la producción y el control de calidad de la vacuna, y ha realizado tres muestras clínicas de dosis altas, moderadas y bajas. La vacuna no podrá salir al mercado hasta que se complete la tercera fase de los ensayos clínicos.
El CNBG ha construido en Beijing el laboratorio de vacunas contra la COVID-19 más grande del mundo, con una capacidad diseñada de producción de 100 millones de dosis cada año, capaz de satisfacer la demanda de uso de emergencia a gran escala y vacunación de rutina.
«Llevó 78 días construir el laboratorio desde la selección del sitio hasta la finalización de la construcción, mientras que el período de construcción real fue de solo unos 60 días. Este es el primer laboratorio de protección de alto nivel de seguridad biológica para uso humano en China», señaló Dong Jianchun, jefe del departamento de soporte de ingeniería del Instituto Nacional de Vacunas y Suero.
«Una vez que se crea el laboratorio, de acuerdo con la ley y con la aprobación de los departamentos estatales pertinentes, la vacuna producida en el mismo podría servir a grupos especiales de personas, como profesionales médicos, diplomáticos, trabajadores de la construcción de la Franja y la Ruta, y estudiantes en el extranjero», aseguró Zhu Jingjin, jefe de la CNBG.