En varios países del mundo, el poder legislativo o poder parlamentario está compuesto por dos cámaras. Este sistema se conoce como parlamento bicameral y consiste en la existencia de una cámara alta y otra baja. En el caso de Panamá, el sistema parlamentario actual es unicameral, es decir, solo cuenta con una cámara: la Asamblea Nacional compuesta por 71 diputados.
En la actualidad, la Asamblea Nacional se encuentra en una situación de agotamiento y desconfianza, lo que ha generado que muchos ciudadanos cuestionen del sistema político, su representatividad y la capacidad para tratar los problemas del país.
En este contexto, la posibilidad de adoptar un sistema bicameral es una idea que debería ser analizada y planteada cuando llegue el momento de realizar las reformas constitucionales que necesita el país.
La creación de un parlamento bicameral podría ser una solución para mejorar la calidad del debate legislativo y fomentar una mayor participación ciudadana. Al tener dos cámaras con funciones específicas, se puede garantizar una mejor distribución del poder, una mayor representación de los intereses de la sociedad y una mayor transparencia en el proceso legislativo.
Una cámara baja podría tener como función principal, representar los intereses de los ciudadanos y elaborar leyes que respondan a sus necesidades. Por su parte, la cámara alta podría centrarse en la revisión y aprobación de las leyes elaboradas por la cámara baja, lo que garantizaría una mayor calidad y consistencia en la legislación.
Además, el parlamento bicameral podría ser una herramienta útil para evitar el abuso de poder y la concentración excesiva de decisiones en manos de un solo órgano.
La creación de dos cámaras con poderes específicos permitiría establecer un sistema de pesos y contrapesos más efectivo que garantice la protección de los derechos ciudadanos y evitar la arbitrariedad y la corrupción.
Por otro lado, la creación de un parlamento bicameral podría fomentar una mayor participación ciudadana y una mayor pluralidad en la representación política. Al tener dos cámaras, se pueden establecer mecanismos de elección diferentes, lo que permitiría una mayor diversidad de representantes y una mayor participación de las minorías políticas.
La creación de un parlamento bicameral en Panamá podría ser una solución viable y necesaria para mejorar la calidad de la representación política, fomentar la participación ciudadana y garantizar la transparencia y la calidad del proceso legislativo.
Cuando llegue el momento de reformar nuestra carta magna, será necesario un amplio debate y la participación de diversos sectores para definir los detalles de esta reforma, pero lo importante es que se abra el debate y se busquen soluciones para superar las limitaciones del sistema político actual.