El fundador de la empresa automovilística Tesla, vive en un infierno personal que le está llevando a ser una parodia de sí mismo
Cada vez que realiza una intervención pública, pone a prueba la fortaleza de sus empresas y la paciencia de sus inversores. Su actitud distinta de la que se espera de un empresario de su nivel, ha conducido a sus empresas a constantes altibajos bursátiles, que unido a los retrasos contínuos en su proyecto estrella, la megafábrica de automóviles eléctricos Tesla, han propiciado una ola de dudas en torno a su persona, con más que respetables interrogantes sobre su capacidad para liderar el proyecto.
De su mente privilegiada han salido ideas brillantes, como el proyecto, Hyperloop, un tren de alta velocidad que discurre dentro de un tubo hermético y que abre nuevos caminos en el sector de transporte terrestre. También su proyecto Space X, ha propiciado una nueva forma de exploración espacial privada y como no, los éxitos alcanzados en los nuevos modelos energéticos para el futuro de la humanidad gracias a las baterías, vehículos eléctricos y sistemas de autopilotaje.
Tesla, su gran proyecto que está marcando el futuro del sector automovilístico sin apenas capacidad de producción , ha superado a General Motors en valoración bursátil.
Pero todos sus proyectos pueden naufragar por su actitud arrogante y en ocasiones fuera de lugar. El empresario que debería ser el mejor embajador de sus compañias, suele salirse de los cánones establecidos. A pesar de su magnetismo éste no le ha salvado de ser blanco de las críticas, y la lista es demasiado larga. Ha tenido enfrentamientos dialécticos en las redes sociales con muchas personas, ha especulado hace pocos días con retirar de la bolsa a Tesla y su última salida de tono ha sido aparecer en una entrevista fumando marihuana y tomando whisky.
Personalidad excéntrica
Posiblemente haya » inventado » una nueva forma de comunicación, siendo un ser peculiar que atrae los focos, pero esta conducta le puede conducir a quedarse atrapado en su propia parodia. Con la fama de haber sido señalado como el gurú de la tecnología que debía conducirnos a una vida mejor.
Con una inmensa fortuna, valorada en más de 20.000 millones de dólares, Elon Musk (Pretoria, Sudáfrica 1971), ha ido derivando poco a poco a un lado oscuro que le lleva a trabajar hasta 17 horas diarias, a tomar medicamentos para dormir, a tener problemas de salud y a estar enganchado a las redes sociales a horas intempestivas, según manifestó en una divertida entrevista en el periódico The New York Times, en la que reconoció que su vida es un » infierno «.
Su peculiar comportamiento hace dudar de que esté capacitado para dirigir los grandes proyectos que tiene en marcha Una caída en desgracia que ha ocasionado tensiones en los consejos que preside, y que han empezado a mover ficha para apartarle, una solución drástica con el fin de continuar con la viabilidad de los proyectos. Sin ir más lejos, Tesla se encuentra en una situación de pérdidas millonarias, pero en lugar de dedicarse a mejorar sus resultados, por su galopante egocentrismo se ha dedicado a otros proyectos como la construcción de túneles subterráneos en Los Ángeles, a desarrollar un sistema para conectar el cerebro a una máquina o, incluso a fabricar un lanzallamas de uso doméstico que se agotó a las pocas horas de ponerse a la venta.
