El tapón del Darién, conocido así por interrumpir una conexión completa vía terrestre del continente americano, se encuentra en el límite Panamá – Colombia, establecido geográficamente como Parque Nacional Darién, está formado por una densa selva de varios miles de km2 y un sin número de especies emblemáticas como el guacamayo, el loro, el tapir y el águila arpía (Ave Nacional de Panamá). Estos factores lograron que la UNESCO, lo declarara en 1981 como Patrimonio de la Humanidad y en 1983 como reserva de la biosfera.
Aunque estos datos parecen más que suficientes para eliminar cualquiera probabilidad de intentar irrumpir la virginidad de este parque y crear la conexión tan añorada por muchos, hay ciertos estudiosos de la materia que están buscando la forma de convencer a las autoridades correspondientes del gran beneficio económico que representaría esta apertura tanto para Panamá como para todo el continente debido sobre todo, desde luego a la logística de transporte de carga e incluso humano.
Seguramente como en todo hay algunos a favor, otros en contra y unos terceros que les importa nada en absoluto lo que pase ahí. Así que para los que nos importa, debemos aceptar que los beneficios económicos de disminuir las barreras logísticas son muchos, el punto sería a quién beneficiaria mayormente y si en algo podemos estar de acuerdo es que las mayores oportunidades las aprovechan los que están preparados.
Entonces… ¿Estaría Panamá preparado para abrirse a la competitividad de Suramérica?
Esta pregunta comencé a hacérmela porque a lo largo de la historia el poder político y la clase adinerada, la mayoría de las veces imponen la norma así que si por desdicha del destino, nuestro Parque Nacional Darién le tocará sufrir las devastadoras garras del imperialismo y el “Avance Económico”, cómo enfrentaría la población panameña esta nueva conexión.
Con una nueva vía de transporte terrestre accesible para todo Suramérica mucho más económica que los vuelos desde luego, es muy seguro que aumentaría el turismo en ambas direcciones, eso sería muy bueno para el país, más negocio para las empresas nacionales y al final mayores ingresos. El detalle sería que probablemente con ese incremento de turismo, también incremente la inmigración con todo lo que ello implica, y hagan lo que hagan sería absurdo decir que lo controlaran.
Actualmente nuestra única frontera internacional Panamá – Costa Rica deja mucho que decir, los pasos aduaneros son tediosos y ni tan siquiera se puede controlar el contrabando de cosas tan simples, como productos agrícolas. Cómo podríamos decir que vamos a manejar y controlar mejor una frontera con un país 10 veces más grande que el nuestro tanto en territorio, población y económicamente, a parte de la historia de una guerrilla que ha vivido bajo las faldas del Darién desde hace muchísimo tiempo, a la cual le estaríamos abriendo un mejor camino hacia nuestro país.
No estoy para nada en contra del progreso y tampoco creo que tenga el 100% de la razón en todo, pero creo que debemos avanzar equilibradamente con la naturaleza, porque por ella vivimos. Por otro lado en estos momentos no estamos preparados de ninguna manera para enfrentar una apertura del tapón del Darién si no renovamos primero nuestra calidad educativa y avanzamos en el sector industrial de modo que mejoremos nuestra balanza comercial en la producción de bienes con los países de Latinoamérica y entonces estar listos para competir positivamente en todos los cambios que se reflejarán en nuestra sociedad.
Por Marcelino Pitty.