Franky Zapata, despegó de la playa francesa de Sangatte y recorrió los 35 kilómetros que separan las costas de Francia y Reino Unido a 160 km/h.
El piloto e inventor francés consiguió el domingo entrar en la historia de la aviación atravesando el Canal de la Mancha en su «Flyboard Air», un vehículo volador sin alas , alimentado por keroseno que él mismo ha inventado. Ha conseguido la gesta 110 años después de que su compatriota Louis Blériot, lo consiguiera en 1909 a bordo de su avión monoplano Blériot XI.
Zapata, vestido con un mono negro y rojo y con casco negro y con el «Flyboard» atado a los pies como si fuera una tabla de snowboard gracias a unas botas, despegó en vertical a las 8,15 de la mañana hora local de la playa francesa de la región de Pas-de-Calais. Y desapareció rápidamente como un pájaro en el horizonte, bajo la atenta mirada de su familia, su equipo y los curiosos que se habían reunido en la playa francesa para asistir al despegue.
EL intrépido hombre volador recorrió los 35 km. a unos 160/170 kilómetros por hora y a unos 15-20 metros de altitud, haciendo una escala a mitad de camino para repostar y cambiar la mochila donde llevaba el combustible. Ha sido la segunda vez que lo intentaba, ya que el pasado 25 de julio, cayó al agua cuando iba a repostar. Frank no se dio por vencido y quiso volver a intentarlo. Esta vez no hubo fallos. Se posó sin dificultad a mitad del recorrido sobre la plataforma instalada sobre un barco y tras coger otra mochila de keroseno emprendió de nuevo el vuelo rumbo a conseguir su gesta.
El «Flyboard Air», un vehículo autónomo sin alas propulsado por cinco pequeños motores a reacción y controlado por un acelerador de mano, puede alcanzar los 190 kilómetros hora. La parte negativa es su aún escasa autonomía, ya que solo tiene para unos diez minutos de vuelo, con lo cual es necesario repostar para recorridos más largos.
Apenas 22 minutos más tarde de salir de Francia, llegaba a la bahía de St. Margaret’s, en Dover (Inglaterra), escoltado por tres helicópteros. El aterrizaje , que fue retransmitido igual que el despegue en directo por televisión en Francia y en redes sociales, fue suave. «Todo salió bien!, dijo tras aterrizar el excampeón de Europa y del Mundo de motos acuáticas. El momento más complicado fue a la hora de repostar porque «la plataforma se movía», relató el inventor. «Después veía Inglaterra que se aproximaba y he intentado disfrutarlo y no pensar en el dolor. Quemaba las piernas», que se emocionó y lloró de alegría cuando habló con su padre y su hijo por teléfono.
Una vez conseguido su objetivo, solo piensa en una cosa: unas merecidas vacaciones antes de volver a encerrarse para continuar desarrollando nuevos proyectos. Zapata, fue noticia el pasado 14 de julio, día de la fiesta nacional de Francia, cuando sobrevoló, fusil en mano Los Campos Elíseos en el transcurso del desfile militar, bajo la atenta y atónita mirada del presidente Macron y sus invitados. Las imágenes del «soldado volador » dio la vuelta al mundo.
Llegar a cruzar el Canal de la Mancha no fue fácil. El inventor marsellés pensó hace unos años marcharse de Francia ante las trabas burocráticas que le puso la administración francesa. Tuvo que dar explicaciones en comisaría sobre su invento y le obligaron a detener temporalmente las pruebas de su máquina futurista. En noviembre de 2018, Zapata hizo una demostración en el Foro de Innovación en Defensa de París a las fuerzas especiales francesas. Quedaron encantados.
El ejército francés está ahora interesado en su tabla voladora visto su «potencial para un empleo en operaciones especiales en zona urbana». El «Flyboard Air», un invento desarrollado en Francia, también podría utilizarse en un futuro en operaciones civiles de rescate o como medio de transporte.
La empresa de Zapata recibió a finales de 2018 una subvención de 1,3 millones de euros del gobierno francés para lograr que la tabla voladora sea más estable, más manejable y menos ruidosa que el modelo actual.