Mohammed bin Rashid Al Maktoum, propietario de una de las cuadras más importantes del mundo, ganó por fin la carrera que más deseaba
Las familias árabes que rigen de manera dictatorial muchos países del Golfo Pérsico poseen tanto dinero que no saben cómo y en que gastarlo. A unos les da por coleccionar obras de arte, a otros por el deporte comprando equipos de fútbol, todos tienen caprichos imposibles de alcanzar para el resto de los mortales.
La familia Al Nahyan, que gobierna el Emirato más importante de los que componen los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Abú Dabi, y ostenta la presidencia del país, tiene entre sus más relevantes inversiones la propiedad del Manchester City, perteneciente a la Premier League Inglesa, uno de los clubes de fútbol más ricos del mundo ( y también uno de los que no le importa saltarse de las reglas financieras, como ha demostrado la investigación «Football Leks»).
Otro de los siete emiratos, Dubai, gobernado por la familia Al Maktoum, el jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum al frente. Él ostenta el cargo de emir, además de los de primer ministro y vicepresidente de EAU. En su caso su capricho no es el fútbol, sino la hípica, un deporte del que se enamoró en los años sesenta en su época de estudiante en la Universidad de Cambridge. Ahí nació una afición que le ha llevado a gastar cientos de millones de euros en miles de caballos que han ganado miles de carreras.
Pero a pesar de la gran cantidad de carreras ganadas, se le resistía su gran objetivo: la Melbourne Cup, una de las competiciones más conocidas del mundo de la hípica que se celebra desde 1861.
En 1992, Al Maktoum creó Godolphin, una de las cuadras más importantes del mundo, con establos repartidos por siete países , uno de ellos Australia. Solo en ese país ha invertido cerca de 700 millones de euros, según las cuentas de la filial australiana de Godolphin.
Tanto dinero gastado por fín ha dado sus frutos. En los últimos 26 años, el jeque ha puesto a competir a unos 5,000 caballos que han ganado más de 5,000 carreras, incluidas 288 del Grupo I, que son las más prestigiosas. Pero hasta este miércoles no había conseguido vencer en la Melbourne Cup. En 2016, llegaron a competir cinco caballos de su cuadra, que se fueron de vacío, los mejores resultados que cosecharon fueron tres segundos puestos y dos terceros.
La victoria de Cross Counter, montado por el jockey Kerrin McEvoy, puso fin a una sequía de 20 años y le dio al jeque su victoria más deseada. El premio, unos 2,4 millones de euros es muy importante, pero ni de lejos se acerca a la cantidad de dinero que él y su familia se han gastado en busca del mundo.