A medida que han pasado los días de “pandemia” he visto un fenómeno desarrollarse, he visto cómo el COVID-19 ya no es el enemigo.
En muchos países incluyendo el nuestro (Panamá) el COVID-19 dejó de ser el enemigo, resulta que ahora el enemigo es toda persona o cosa que no nos permita tener o realizar las mismas coas que antes.
Todas aquellas personas “alarmistas” que andan por ahí diciendo que esto no ha acabado y no es vuelta a la normalidad, por muy increíble que parezca, el enemigo ahora es la sensatez y ya no es el COVID-19.
El enemigo ahora son todas aquellas personas o cosas que nos impiden retornar al “antes”, todo aquello que nos obliga a cambiar y modificar nuestras vidas recordándonos que ya nada será igual a nuestra vida “antes de la pandemia”.
Esto es preocupante ya que nos pone a todos en peligro y crea una especial de histeria colectiva que es más contagiosa que el propio COVID-19. Esto se puede observar a diario ya las personas le perdieron el “miedo” o “respeto” a la enfermedad, muchos quieren salir a la calle sin tomar las mínimas medidas requeridas, lo triste es que no solo se ponen en riesgo ellos, sino que ponen en riesgo a una parte de la población que se cuida correctament -una parte de la población a la que le debemos mucho- ponen en riesgo a los “abuelitos y abuelitas”.
Antes de que comenzara la pandemia recuerdo claramente a una señora -bastante mayor, por cierto- que me decía, “esto no es más que un refriado común, no entiendo cuál es la alarma y espectáculo”.
Recordemos que la gripe española también fue un resfriado, que al final del día se llevó a más de 25 millones de personas, y aunque muchos quieran argumentar que los tiempos han cambiado y la tecnología también, el comportamiento humano sigue siendo el mismo.
Según los estimados del 2019 de las naciones unidas el 22.2 % de nuestra población tiene entre 60 y 80 (o más) años, es decir aproximadamente 590,000 personas, sin contar aquellas personas que tienen otras condiciones de alto riesgo. A pesar de que hemos tenido pocas muertes en el país, para mi perder a una persona es demasiado.
Apaguemos la bulla y recordemos que el enemigo es el Virus, el enemigo son todas aquellas cosas que propician su contagio, todas aquellas cosas que cada uno de nosotros hacemos o dejamos de hacer que permiten que cada día mas y más gente se enferme, no perdamos ni uno más.
A los Sres. y Sras. del Circo Político (montan un espectáculo frente a los demás y todos viendo maravillados como pendejos y lo peor es que pagamos para verlo) recuerden que mucho de ustedes están en esa edad, otros tienen parientes cercanos en ese rango de edad, con este enemigo nunca sabes cuándo y de qué forma va a tocar la puerta de tu casa.
Seamos responsables y enfoquémonos en el enemigo, si cada uno hace su parte de forma individual eso se multiplica y al final se convierte en un esfuerzo colectivo, ayudemos a salvar la vida de muchos: haz tu parte y yo la mía.
Por: El Anciano del Mundo.