EE.UU. impuso este miércoles el primer paquete de sanciones contra Rusia desde que se conoció la masacre en la ciudad ucraniana de Bucha, que incluye bloqueos contra dos hijas del presidente ruso, Vladímir Putin; contra el exmandatario Dmitri Medvédev y el actual primer ministro, Mikhail Mishustin.
En un acto público, el presidente de EE.UU., Joe Biden, recordó estas sanciones y destacó que los oligarcas rusos y sus familias ya no tendrán «control sobre millones de dólares ni podrán disfrutar de los lujos de sus casas de vacaciones mientras hay niños que están siendo asesinados o desplazados de sus hogares» en Ucrania.
En concreto, EE.UU. sancionó a las dos hijas adultas de Putin, María y Katerina, así como a la esposa e hija del ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, y a varios miembros del Consejo de Seguridad de Rusia, incluido el primer ministro, Mikhail Mishustin, y el expresidente y ex primer ministro Dmitri Medvédev.
Según la Casa Blanca, «estos individuos se han enriquecido a expensas del pueblo ruso, y algunos de ellos son responsables de brindar el apoyo necesario para apuntalar la guerra de Putin contra Ucrania».
Estados Unidos ya había sancionado al presidente ruso y a su ministro de Exteriores por la ofensiva militar en Ucrania, pero la Casa Blanca sospecha que los políticos rusos «esconden sus bienes» detrás de familiares y amigos.
Poco se sabe de las hijas de Putin, de quienes el mandatario se declaró «orgulloso» en 2015, en una de las contadas ocasiones en las que ha aludido a sus descendientes, y cuya privacidad es una de las mayores obsesiones del Kremlin.
María Vorontsova, de 36 años, y Katerina Tíjonova, de 35 años, residen actualmente en Rusia y desde 2014, cuando este país fue objeto de sanciones occidentales por la anexión de Crimea y su injerencia en el Donbás ucraniano, han viajado en varias ocasiones a países occidentales.
Se especula con que Putin podría haber tenido otras hijas fuera de su único matrimonio, el que tuvo con la azafata Liudmila Shkrebneva, con quien se casó en 1983 y se separó en 2013.
El paquete de sanciones anunciado este miércoles es el primero que aprueba Estados Unidos contra Rusia desde que se conoció el pasado fin de semana la masacre de Bucha, a las afueras de Kiev, donde aparecieron más de 200 cadáveres de civiles tras la retirada de las tropas rusas.
EE.UU. acusa a Rusia de la masacre y está recabando pruebas para juzgar a las autoridades rusas por «crímenes de guerra», mientras que Moscú tilda las acusaciones de falsas.
Se endurece el cerco financiero
Las sanciones de Estados Unidos, coordinadas con sus socios del G7 y de la Unión Europea (UE), no se limitan a la élite rusa, sino que también buscan intensificar el golpe contra la economía rusa.
Un alto cargo del Gobierno anunció en una llamada con periodistas que Biden firmará un veto a nuevas inversiones estadounidenses en Rusia, lo que «intensificará el éxodo masivo» de empresas, puesto que 600 multinacionales ya han abandonado el país, dijo el funcionario estadounidense.
Desde el inicio de la invasión el pasado 24 de febrero, las marcas más emblemáticas de Estados Unidos, como Coca Cola, McDonald´s, Starbucks, Google y Apple, anunciaron casi al unísono la suspensión de sus operaciones y servicios en Rusia.
La Casa Blanca anunció también un «bloqueo total» contra Sberbank, el mayor banco del Estado ruso, y Alfa Bank, las mayor institución financiera privada del país, que ya no podrán hacer transacciones con EE.UU. en ninguna divisa.
El Ejecutivo estadounidense ya había prohibido a estos bancos hacer transacciones en dólares como castigo por la invasión, pero ahora la sanción se intensifica y supone «la acción más severa que se puede tomar en términos financieros», precisó la misma fuente.
En paralelo, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, anunció este miércoles el desmantelamiento de una red de bots supuestamente controlada por la agencia de inteligencia militar rusa, conocida como GRU.
Un anuncio que llegó un día después de que el Departamento del Tesoro impusiera sanciones contra dos de las mayores plataformas que cobijan y permiten operar a organizaciones cibercriminales desde Rusia, el mercado negro Hydra Merket y el de cambio de moneda virtual Garantex.