Los activistas temen que la decisión de Washington afecte a la actividad de investigación y supervisión del órgano.
Washington cada vez quiere saber menos del mundo, sobre todo en materia de derechos humanos. Estados Unidos anunció este martes (19.06.2018) su salida del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un órgano internacional al que el Gobierno del presidente Donald Trump ha criticado duramente por lo que considera un sesgo en lo relativo a Israel y por servir de plataforma a países como China, Venezuela y Cuba.
«No dudamos que su creación fue con buena fe, pero tenemos que ser honestos: el Consejo de Derechos Humanos de la ONU es un pobre defensor de los derechos humanos», dijo en una conferencia de prensa el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.
La noticia había sido adelantada por varios medios de comunicación que citaban a miembros de la administración Trump.
La embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, ya amenazó el año pasado con retirar a Estados Unidos de este consejo con sede en Ginebra, debido a lo que considera un sesgo en lo relativo a Israel y a su decisión de aceptar como miembros a países que, a juicio de Washington, tienen un historial deficiente en materia de derechos humanos, como Venezuela y Cuba.
Primer caso en la historia del Consejo
El anuncio supone supone un paso más en la tendencia del Gobierno de Trump a retirarse de foros y acuerdos internacionales, después de su salida de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el acuerdo nuclear con Irán y el acuerdo de París sobre el clima.
De formalizarse el anuncio, será la primera vez desde la formación del órgano en 2006 que en la que uno de sus miembros decide retirarse voluntariamente.
Estados Unidos está en el ecuador de un mandato de tres años en el organismo, formado por 47 países cuyos asientos se reparten en grupos regionales, en un proceso de selección rotatorio.
Hace un año, Haley instó al Consejo a emprender una serie de cambios, entre ellos «evitar que los peores países violadores de los derechos humanos obtengan una silla». La embajadora de EE.UU. ante la ONU también exigió que el Consejo eliminara el punto 7 de su agenda, dado que aborda exclusivamente las violaciones de derechos humanos en Israel.
El previsto anuncio llega un día después de que la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunciara la separación de cientos de niños inmigrantes de sus padres en la frontera sur de EE.UU. en los últimos meses.
Los activistas de derechos humanos temen que una retirada de EE.UU. afecte a los fondos del Consejo, dado que Washington hace aportaciones para que sus mecanismos de investigación y supervisión en el mundo puedan operar.