Grandes compañías crean plataformas con miles de opciones. Pequeñas empresas desarrollan productos para sumarse o encontrar su propio mercado
Vienen para quedarse, son las «superapps», aplicaciones de grandes compañías que agrupan miles de productos y servicios. En Estados Unidos y Europa su irrupción es inminente y prueba de ello es la noticia que publicamos el pasado día 13 de junio, su objetivo es que desde un único programa de móvil, podamos no solo pedir comida o transporte, sino acceder a dinero, entradas de espectáculos, compras viajes o cualquier otro servicio.
En América, la colombiana Rappi está a la cabeza, con un portfolio que permite que te lleven efectivo al lugar que desee el usuario, que te realicen la declaración de renta, o que acompañen a un familiar. En China donde ya ofrecen servicios su crecimiento está por encima del 25%, y entre otras WeChat y Alipay, se han convertido en imprescindibles.
Frente a estos gigantes, numerosas empresas emergentes, merced a las facilidades de programación, desarrollan servicios propios con el fin de buscar un nicho de mercado que no esté muy explotado o mejor aún que algún gigante los incorpore a su oferta.
«El objetivo es tener la vida en la palma de tu mano», nos resume Nini Johanna Díaz, responsable de Operaciones de Negocio de Rappi. Esta empresa, que nació en 2015 con tres socios, con casi dos millones de euros y una primera oferta de reparto de comida, en estos momentos su presencia es notable en 45 ciudades de siete países y ha recibido respaldo económico de 892 millones de euros de Softbanc, ofreciendo 100.000 productos y servicios.
«La oferta se va ampliando según el botón de antojos», nos informa Nini Díaz, en referencia a las necesidades que expresan sus usuarios. De esta forma, Rappi ofrece servicios como «favores, antojos y deseos», además de miles de opciones más.
Su objetivo es el mercado latino y alcanzar la cifra de 500.000 «Riders» (prestadores de servicios que se desplazan en bicicleta), que en estos momentos son 50.000. Su sede de Colombia, donde trabajan 1.000 personas de los cuales la mitad son desarrolladores de aplicaciones, con una media de edad de 25 años.
Pero, lo importante de la empresa está en los prestadores de servicio que trabajando como autónomos pueden superar el salario mínimo de 250 dólares, debiendo pagar todos los gastos que conlleva el servicio.
Alipay, un gigante asiático, donde más crece este segmento, ha evolucionado de ser una plataforma de pago a incluir más de 200.000 miniprogramas de prestación muy diversa como sanitaria, inversiones, compras , vehículos y todo lo que el usuario pueda necesitar. Cuenta con un millón de usuarios de los que el 70% utiliza alguna de las aplicaciones financieras de su plataforma general.
Junto a las comerciales, también existen las que son sin ánimo de lucro y que su fin es satisfacer necesidades sociales. Un ejemplo es la aplicación desarrollada por Google y Cruz Roja para localizar puntos de donación de sangre en E.E. U.U.
Esta misma tecnología ha permitido a la nigeriana Temie Giwa-Tubosun fundar LifeBank, una aplicación que conecta bancos de sangre, donantes, hospitales y pacientes.