viernes, marzo 29, 2024

Democracia, justicia y oligarquía panameña

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El poder económico tradicional, ha impulsado históricamente en Latinoamérica, la oligarquía como método de gobierno. En este modelo, el poder económico y el poder político, son indivisibles. La alternabilidad en el poder político, ocurre solo entre las familias que controlan el poder económico tradicional.

Los empresarios exitosos, en su mayoría descendientes de extranjeros ajenos al nacimiento de las repúblicas, no son considerados merecedores de integrar la oligarquía. Los sectores profesionales y populares son vistos por los oligarcas, solo como herramientas para mantener la hegemonía oligárquica de ese poder controlador.

En casi toda Latinoamérica, la oligarquía está representada por los herederos de las ricas y privilegiadas familias que gobernaron los países, desde inicios de la época republicana. Panamá, no es la excepción. Hasta 1968, fue este, el grupo reducido de familias las que ejercieron el poder económio y político, controlando la dirección del Estado panameño; solo amenazados en determinadas coyunturas, donde los sectores profesionales y populares, decidieron poner a prueba la hegemonía sistema oligárquico panameño.

Los hechos del 11 de octubre de 1968, sus actores principales y sus consecuencias, pueden ser analizados desde diferentes perspectivas y la valoración de estos, dependerá del prisma que utilice aquel que los analice. Lo que nadie puede negar, es que estos hechos cambiaron el escenario político nacional, definiendo una nueva correlación de fuerzas, en donde el poder oligárquico perdió la hegemonía absoluta.

A partir de estos hechos el poder económico se vio obligado a compartir la definición de las estrategias que marcaban la actividad económica y la oligarquía tuvo que compartir con los gestores de los hechos de 1968, el poder político que manejaban de manera absoluta.

Esto se mantuvo así hasta la aprobación de los tratados Torrijos Cárter en 1977, en donde por exigencias de la contraparte norteamericana, los militares, sus seguidores y los actores del nuevo poder económico y político, tuvieron que permitir una participación más amplia de los sectores profesionales y populares que enfrentaron desde el inicio, incluso con las armas, a quienes ejecutaron los hechos del 11 de octubre de 1968; esta etapa, se conociò como el “Veranillo democrático”.

Después del “Veranillo Democrático”, la situación económica y política de Panamá se vio afectada por las decisiones de los gobernantes de turno, que se negaban a hacer una mayor apertura democrática. Esa posición, generó enfrentamientos entre panameños, que pasaron de lo verbal a lo físico.

Después de la invasión de Estados Unidos a Panamá en 1989, cambio el escenario político del país. Se derrumbó la hegemonía que tenía el poder militar en la vida nacional. La oligarquía intentó recuperar el poder absoluto perdido; intentando desde 1989, volver a tener el control económico y político total de todas las actividades en Panamá, como ocurría antes de 1968.

Para lograr su fin, quienes aspiran a que vuelva a predominar la oligarquía como modelo, intentaron en el nuevo escenario, asaltar el poder por la vía democrática, participando con los partidos tradicionales y penetrando los partidos que surgieron de la organización de grupos de profesionales y del sector popular. Sin embargo, sus figuras fracasaron en su intento de lograr el respaldo popular que buscaban.

Es así que intentaron una nueva estrategia: crear una nueva organización, que les funcionara como partido, sin tener que someterse a la voluntad popular. Este nuevo modelo de organización creada por quienes buscan revivir el poder absoluto de la oligarquía, se denomina “organizaciones de la sociedad civil”. El modelo, no es originario de nuestro país, pero el éxito alcanzado en otras latitudes, los convenció de replicarlo en Panamá; sus principales gestores, usaron para promoverlo, a La Prensa, medio fundado por los representantes de la oligarquía.

Estos actores del poder económico desean tener el control del poder político y pretenden convertir a las llamadas organizaciones de la “sociedad civil” en herramientas de influencia en los tres órganos del Estado y en instituciones como el Tribunal Electoral y el Ministerio Público.

Estos grupos pretenden lograr tener el control político y salir de sus potenciales adversarios, no a través de la participación democrática en las urnas, sino a través de la manipulación en entidades como el Tribunal Electoral, Ministerio Público, Órgano Judicial.

Las organizaciones que provienen y responden la oligarquía panameña, bajo el manto de la llamada “sociedad civil”, pretenden que sea el Ministerio Público, el Órgano Judicial y el Tribunal Electoral entre otras instituciones, las que definan el derecho a participar de los actores políticos, tal como ocurrió en el mandato de Juan Carlos Varela, quien junto a poderes económicos poderosos se encargaron de perseguir a empresarios, políticos, periodistas, abogados y a exfuncionarios públicos.

Los panameños tenemos que defender la democracia y nuestro derecho a expresar nuestra voluntad en las urnas. Los liderazgos y los triunfos deben ser definidos por el pueblo en las elecciones; no por la manipulación de las instituciones, por parte de los representantes del poder económico y político tradicional.

No podemos seguir el camino de la persecución política contra nadie. Que sea la democracia en las urnas la que decida.

Los panameños, deseamos un país con instituciones en las que se pueda confiar, en donde se respete el debido proceso, en donde existan las garantías de juicios justos y apegados a la ley, en donde a ningún panameño se le violen sus derechos humanos.

Las sentencias o fallos en derecho, sin importar a quien o quienes beneficien, no deben ser violentados para favorecer las venganzas o aspiraciones de ninguna persona o grupo, no importa cuánto poder económico y político estos posean.

Por Luis Eduardo Camacho Castro
Secretario General del Partido Realizando Metas

3 COMENTARIOS

  1. AMADITO RODRÍGUEZ
    La economía está golpeada y cada vez mas panameños están condenados a ser mas pobres. Si no hay un verdadero golpe de timon; el rumbo que nos llevan seguirá siendo desastroso.

  2. Muy atinado tu escrito, verdad de lo que hoy ocurre en nuestro país, Manipulación del poder Económico, en los Poderes del Estado.
    Y es el pueblo quien termina pagando, con la malas decisiones del Gobierno, y la pésima distribución de las riquezas de un país rico, como lo es Panamá.
    No hay mal que dure 100 años ni pueblo que lo resista.
    El pueblo ya está cansado.
    Oro a Dios para que sea él , quien defina esto, y no una revolución social, donde el pueblo es quien pone los muertos.

  3. Exelente pero muy Exelente aporte, esa es la verdadera historia de la oligarquia manipulando los poderes de un Estado atra vez de los años en diferentes partes del mundo, y Nuestro Amado y Querido Pais no escapa de ello, motivo por el cual Necesitamos Luchar contra la oligagarquia a toda costa, y evitar que la misma lleven a cabo sus maquiavelicos planes en contra de nuestro Amados Compatriotas quienes forman parte de un Pueblo Humilde, sencillo, sincero, y lleno de Profecionales en todas las ramas, que desean ver un Pais en pleno crecimiento, con una economia estable y en desarrollo constante, que haya mas grado de invercuon donde se le garantize y respete a todo ciudadano todas sus garantias constitucionales, se respeten los detechos humanos.
    Y estar vigilando para que la oligarquia no se filtre en ningun organo del estado, llamese Corte Suprema de Justicia, poder Ejecutivo, Asamblea Nacional, TE.
    Pueblo panameño hay que estar vigilante, basta ya de tanta Tirania.
    La victoria es nuestra,
    Pero para lograrlo hay que luchar.
    Como asi lo a demostrado la historia.
    LA PELEA ES PELEANDO.

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