El juez instructor tiene los audios que demuestran el amaño del Valladolid-Valencia de la última jornada de la liga española
Las conversaciones grabadas e interceptadas por la policía,llevan a los investigadores a la conclusión de que el resultado del partido disputado en la última jornada de la liga española entre el Real Valladolid y el Valencia C. F., estuvo amañado y en el que hay al menos siete jugadores del Valladolid implicados en la trama.
El Juez del Juzgado de Instrucción número 5 de Huesca, tiene en su poder seis meses de grabaciones de llamadas telefónicas de los principales implicados. Gracias a estas grabaciones se ha podido determinar el amaño del resultado tanto en la primera parte, como en el resultado final
El amaño, lo realizó Borja Fernandez, capitán del Valladolid, de manera acordada con la trama del Huesca-Nastic de la temporada 2017-18, y que por su trascendencia es de mayor calado. El juez sitúa como pieza clave además de el ex futbolista Raúl Bravo y Aranda, a Borja Fernández por su posición privilegiada para influir sobre todos o algunos de los jugadores del equipo propiedad del ex jugador brasileño Ronaldo, el cuál no tiene ninguna relación con la trama.
Hemos conocido que la semana anterior al encuentro, Bravo se desplazó a Valladolid donde se reunió dos días antes del encuentro con Fernández en el Bar Corinto, propiedad de este último. Los investigadores también tuvieron conocimiento de una reunión de Borja Fernández con varios jugadores de la plantilla del Valladolid en la casa de uno de ellos, Sergio Gotán, para coordinar el amaño del partido.
Por estas gestiones, los cabecillas de la trama en sus conversaciones comentan que el capitán del Valladolid debería cobrar al menos 50.000 euros.
Al mismo tiempo, los líderes de la organización llevaron a cabo apuestas deportivas, cuyo resultado proporcionaría unas ganancias del doble de lo apostado. De las intervenciones telefónicas más relevantes destacan varias a Aranda antes del partido Valladolid-Valencia en las que ordena las apuestas que hay que realizar.
Tan seguro estaba Aranda del resultado que se iba a producir en el encuentro de la última jornada en el partido de la Primera División española, que el mismo día del partido llamó a una empleada de los salones de juegos de su propiedad en Málaga, que apostara 10.000 euros y se llevaría 20.000 euros. Al día siguiente del encuentro, el 19 de mayo, en otra conversación pinchada por la policia, Aranda reveló a su interlocutor que había siete jugadores comprados.
La cantidad de grabaciones es muy amplia en el caso de Aranda, como personaje clave del caso, mientras que en el caso de Raúl Bravo, es más esquivo. No sólo cambia de móvil constantemente y de número, sino que toma precauciones y usa teléfonos encriptados. Todas las conclusiones de la instrucción se ciñen a la realización de amaños para obtener beneficios mediante las apuestas, no para beneficiar los intereses deportivos y económicos de los equipos implicados.