Con una nueva dosis de sufrimiento, tras tirar por tierra su ventaja de dos goles de Londres en una noche donde por momentos lo vio todo perdido, el Real Madrid firmó su clasificación para las semifinales de Liga de Campeones en la prórroga, con un tanto, una vez más, de Karim Benzema.
Con su clasificación el Real Madrid ya tiene diez semifinales en las doce últimas ediciones de la Liga de Campeones, muestra de un poderío incontestable, un gen que aparece en esos momentos claves que deciden duelos de grandeza.
Una capacidad de levantarse única cuando todo parece perdido. Nadie le podrá discutir el mérito al Real Madrid de su camino, como tampoco el sufrimiento extremo. De una noche mágica para bajar a la tierra al PSG, a una repleta de incertidumbre de un equipo que jugó sin defensa y eliminó al vigente campeón.
Mason Mount silenció el Santiago Bernabéu a los 15 minutos del inicio, dándole a los visitantes aliento con el global 2-3.
No disparó a puerta el Real Madrid en toda la primera mitad y su ventaja de la ida desapareció en 51 minutos, cuando Rüdiger remató de cabeza a placer para instalar el miedo en un Bernabéu tan apagado como su equipo. La ventaja se había esfumado.
Ferland Mendy, quien jugó sin estar al cien por cien, se precipitó ante el recorte de Timo Werner, que aún tuvo tiempo de sentar a Alaba y marcar el gol del 3-0 (3-3 global).
La entrada en escena de Camavinga y Rodrygo, un acierto de ‘Carletto’, cambió el partido. El brasileño no marca en Liga, pero no falla en la Liga de Campeones, y a pase de Modric, con el exterior del pie, a espaldas de la defensa rival, apareció el delantero para provocar la prórroga.
El panorama desde lo futbolístico no favorecía al Real Madrid. Nacho caía lesionado y ya no estaba Casemiro en el campo, sustituido como Kroos. Carvajal como parche de central, Marcelo y Lucas de laterales. Con una defensa que jamás pensó alinear Ancelotti llegó uno de esos momentos difíciles de explicar en el Bernabéu.
El partido se había cerrado con dos claras ocasiones en boca de gol desperdiciadas por Pulisic y, sin embargo, en la primera acción de peligro de la prórroga del Real Madrid, desde el poderío físico de Camavinga, cuando Vinícius le puso la pausa necesaria a un centro medido al jugador de la eliminatoria. Benzema, de cabeza como en Londres, firmó el milagro antes de un ejercicio de resistencia con una intervención de Courtois a Ziyech antes del final feliz.