El sueño del FC Barcelona en la UEFA Champions League llegó a su fin este martes, tras caer en semifinales ante un Inter de Milán que mostró solidez defensiva y eficacia en los momentos clave. A pesar de una remontada casi milagrosa durante la segunda parte, el equipo catalán no logró contener la reacción final de los italianos, que se impusieron 4-3 en el marcador global y aseguraron su pase a la gran final.
Con un 2-0 adverso al descanso y sensaciones negativas, el equipo dirigido por Hansi Flick parecía condenado. El Inter, con goles de Lautaro Martínez y Çalhanoglu (de penal), había aprovechado las concesiones defensivas azulgranas en ambas mitades de la eliminatoria. En total, cinco goles encajados que fueron consecuencia directa de errores puntuales, incluida una pérdida comprometida de Dani Olmo y dos goles de córner en la ida.
Pero el fútbol, y este joven Barcelona, aún tenía algo más que decir.
Sin realizar cambios tras el descanso, los culés comenzaron una heroica reacción. Eric García anotó el primero tras una asistencia de Gerard Martín, y poco después Dani Olmo —resarciéndose de su fallo anterior— cabeceó el empate parcial, también servido por Martín. Raphinha puso el 3-2 tras una brillante jugada colectiva iniciada por Pedri, y el equipo se volcó en ataque. Lamine Yamal, de apenas 17 años, fue una pesadilla para la defensa nerazzurra, desbordando constantemente y generando peligro, aunque el palo le negó el cuarto tanto.
Sin embargo, el Inter no se dio por vencido. Las entradas de Fratessi y Zielinski revitalizaron al conjunto italiano, que encontró el empate global gracias a un gol de Acerbi, llevando la eliminatoria a la prórroga.
En el tiempo extra, con ambos equipos al límite físico, el Barça mantuvo la posesión pero se mostró más vulnerable. Marcus Thuram ganó todos los balones largos y, tras una cadena de errores defensivos del conjunto español, Fratessi sentenció el partido con un gol de gran factura.
El Barcelona, agotado y acelerado, buscó una respuesta final. Lamine Yamal tuvo el empate en sus botas, pero el arquero Sommer, figura destacada en toda la serie, logró una parada milagrosa que selló la clasificación interista.