El guardabosques izquierdo, el novato cubano Randy Arozarena, pegó batazo de cuatro esquinas bueno para dos carreras y el abridor Charlie Morton trabajó poco más de cinco episodios en la victoria de los Rays de Tampa Bay por 4-2 sobre los Astros de Houston en el séptimo y decisivo partido de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, ganando el boleto al «Clásico de Otoño».
Con su triunfo, los Rays, que dejaron escapar una ventaja de 3-0, ganaron 4-3 la ronda que se disputó al mejor de siete, y se llevaron por segunda vez en su historia el Banderín del Joven Circuito.
Los Rays, que jugaron su primera Serie Mundial en el 2008, eliminaron a los Astros, que sin los errores de fildeo que cometió el segunda base venezolano José Altuve, como equipo fueron más completos que el de Tampa Bay.
Los Astros, que por primera temporada dirige el veterano manejador Dusty Baker, estuvo cerca de igualar el mayor regreso a los playoffs en la historia del béisbol, luego de ir abajo 0-3 en la serie.
Aunque no pudieron conjurar una hazaña más increíble de postemporada, esta carrera de playoffs debería ser un motivo de orgullo para estos Astros que han silenciado a los críticos que cuestionaron el poder de su ofensiva después del escándalo del robo de señales ilegal que protagonizaron en la temporada del 2017, cuando ganaron su primera Serie Mundial.
Houston se quedó atrás temprano y no pudo remontar la ventaja de los Rays, que siempre tuvieron a Morton, exlanzador de los Astros, como garantía desde el montículo.
Después de ganar dos de los tres banderines anteriores de la Liga Americana y el campeonato de la Serie Mundial 2017, los Astros jugaron toda la temporada bajo una nube oscura creada por las revelaciones de las tácticas de robo de señales de la franquicia durante 2017 y 2018.
El año salvaje de los Astros comenzó en enero con el despido del piloto A.J. Hinch y el gerente general Jeff Luhnow. Pero varios veteranos de los Astros de esas temporadas contaminadas permanecen en el equipo y los jugadores no fueron sancionados.
Se presentaron a los entrenamientos de primavera en febrero solo para enfrentar la condena generalizada de sus compañeros de Grandes Ligas como el equipo que todos los demás disfrutaban con el desprecio y los abucheos de los aficionados antes que llegase la pandemia del coronavirus.
Los Astros fueron destrozados por sus oponentes y castigados en línea desde el entrenamiento de primavera en adelante. Fueron abucheados y recibieron «serenatas» con los golpes de los botes de basura cada vez que los aficionados de los oponentes podían estar cerca de ellos durante esta temporada acortada por el coronavirus.
Un aficionado incluso recibió un megáfono y transmitió su condena de los Astros 2017 en Petco Park desde el balcón de un apartamento más allá de la valla del jardín en el Juego 4 de esta Serie de Campeonato de la Liga Americana, llamándolos individualmente por su nombre como tramposos.
Cuando el béisbol finalmente se reanudó en julio, los Astros jugaron en estadios vacíos donde los aficionados rivales no podían abuchearlos ni interrumpirlos, aunque lo intentaron.
Los aficionados se reunieron afuera del Dodger Stadium para expresar su disgusto cuando los autobuses del equipo llevaron a los Astros a Chavez Ravine para una serie de temporada regular contra los Dodgers, quienes perdieron la Serie Mundial 2017 ante Houston en siete partidos.
Anoche, Arozarena volvió a jugar con un bate explosivo y oportuno y sacó la pelota del campo en el primer episodio, llevando a un corredor por delante.
El cubano encontró los lanzamientos del abridor Lance McCullers Jr. y le conectó por todo lo alto entre los jardines derecho y central, haciendo volar la pelota 416 pies.
Con su toletazo Arozarena llevó a la registradora al jardinero dominicano Manue Margot, cuando no había outs en el episodio.
El receptor Mike Zunino también castigó con batazo de cuatro esquinas en el segundo episodio, solitario, contra McCullers Jr.
Sobre el montículo, Morton (2-0) lanzó cinco episodios y dos tercios, aceptó sólo dos imparables, dio una base y retiró a seis bateadores por la vía del ponche.
El ataque de los Astros lo representó el parador en corto puertorriqueño Carlos Correa.
En la parte alta de la octava, el paracorto boricua conectó sencillo al jardín derecho, llevando por delante al primera base venezolano José Altuve y al bateador emergente cubano Aldemys Díaz.
Los Astros perdieron con McCullers Jr. (0-2) en tres episodios y dos tercios, aceptando cuatro imparables, dos cuadrangulares y tres carreras, dio una base y ponchó a siete.